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viernes, marzo 29, 2024
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La ingesta de microplásticos pone en peligro la seguridad alimentaria

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En la última década, la producción mundial de plásticos para una gran variedad de usos ha aumentado exponencialmente, alcanzando unos 310 millones de toneladas al año. El campo de aplicación de los plásticos, como es sabido, es muy amplio. Encontramos plásticos en los envases, la construcción, el transporte, la ropa, la electrónica, la agricultura y muchos otros aspectos de la vida moderna. El crecimiento sostenido de la producción y la aplicación de plásticos ha provocado un aumento de la cantidad de residuos plásticos que se liberan en el medio ambiente, con la continua fragmentación de los plásticos debido a la intemperie, y la consiguiente liberación de microplásticos.


Se calcula que cada año se liberan en todo el mundo unas 245 toneladas de partículas microplásticas que acaban en el agua y se distribuyen en casi todos los hábitats acuáticos, por lo que son ingeribles por una amplia gama de organismos y, debido a su pequeño tamaño y similitud con los alimentos naturales, por los peces.

La ingestión de microplásticos no sólo puede causar efectos físicos a los peces, como daños mecánicos por obstrucción del tracto digestivo, sino que también representa un vector potencial para la introducción de algunas sustancias peligrosas: aditivos plásticos, productos químicos tóxicos que son absorbidos por las matrices ambientales, microorganismos patógenos que colonizan su superficie. Dado que el pescado es una importante fuente de proteínas para los seres humanos y los animales, la presencia y los efectos ecotoxicológicos de los microplásticos en muchas especies de peces pueden tener consecuencias para la seguridad alimentaria mundial. En los últimos años, se han realizado muchos estudios sobre la ingestión, y los efectos asociados, de los microplásticos en los peces. Una revisión de los trabajos más relevantes para el tema de este artículo revela importantes consideraciones.

¿Qué tipos de microplásticos existen?


Los microplásticos pueden dividirse en dos categorías principales según su origen: microplásticos primarios y secundarios.
Los microplásticos primarios se liberan directamente en el medio ambiente en forma de pequeñas partículas durante su procesamiento y por el uso cotidiano de objetos y artefactos. Se calcula que esta categoría representa entre el 15 y el 31% de los microplásticos presentes en el océano.
Los microplásticos secundarios son el resultado de la degradación de objetos de plástico, como bolsas, botellas o redes de pesca, y representan entre el 68 y el 81% de los microplásticos presentes en el océano.


¿Cuáles son los efectos ecotoxicológicos de los microplásticos en los peces?

Hasta la fecha, los estudios sobre los efectos de los microplásticos en los peces se han realizado principalmente en condiciones de laboratorio. Se han estudiado muchas especies de peces, la mayoría de ellas del medio marino.
La ingestión de microplásticos provoca un bloqueo mecánico del sistema digestivo al reducir la alimentación debido a la sensación de saciedad que experimenta el animal, así como alteraciones estructurales y funcionales del tracto gastrointestinal, lo que a su vez provocaría problemas nutricionales y de crecimiento en los peces. Los microplásticos también podrían inducir respuestas inflamatorias en el animal, cambiar los perfiles metabólicos y/o alterar el sistema inmunitario.
Sin embargo, hay que recordar que la mayoría de los estudios sobre los efectos se han realizado en escenarios de laboratorio, por lo que se cuestiona la eficacia de las pruebas de toxicidad utilizadas en estos estudios. Por ejemplo, la mayoría de los estudios utilizaron un solo tipo de microplástico para la exposición, mientras que en el medio acuático natural los microplásticos existen en forma de mezcla; aunque las fibras son la forma dominante de los microplásticos ambientales, la mayoría de los estudios seleccionaron microesferas en los experimentos de exposición; y algunos estudios expusieron a los peces a concentraciones de microplásticos que no eran realistas para el medio ambiente. También hay que señalar que a menudo se han subestimado los efectos de las características morfológicas de los microplásticos en la selectividad alimentaria de los peces.

Hay que recordar que la mayoría de los estudios sobre los efectos se han realizado en escenarios de laboratorio y, por lo tanto, se cuestiona la eficacia de las pruebas de toxicidad utilizadas en estos estudios. Por ejemplo, la mayoría de los estudios utilizaron un solo tipo de microplástico para la exposición, mientras que en el medio acuático natural los microplásticos existen en forma de mezcla; aunque las fibras son la forma dominante de los microplásticos ambientales, la mayoría de los estudios seleccionaron microesferas en los experimentos de exposición; y algunos estudios expusieron a los peces a concentraciones de microplásticos que no eran realistas para el medio ambiente. También hay que señalar que a menudo se han subestimado los efectos de las características morfológicas de los microplásticos en la selectividad alimentaria de los peces.
Hasta la fecha, la ingestión de microplásticos por parte de los peces se ha demostrado mediante análisis en el tracto gastrointestinal y no en otros órganos, por lo que aún no se ha confirmado el hecho de que los microplásticos puedan distribuirse a otros órganos y sistemas. Es necesario realizar más análisis para comprender el impacto real sobre los peces y la salud humana.

¿Cuáles son los efectos en la salud humana?


Por el momento, estamos lejos de comprender si los microplásticos suponen un riesgo sustancial para la salud humana, pero basándonos en los estudios realizados hasta ahora, que demuestran que los microplásticos del pescado se encuentran en el tracto gastrointestinal, que no suele ser consumido por los humanos, no se puede acusar al consumo de pescado como arriesgado. Se necesitan más investigaciones y análisis específicos sobre los órganos y tejidos del animal para comprender realmente si los microplásticos son capaces de pasar del intestino a los tejidos, así como investigaciones y análisis médicos para confirmar un efecto nocivo de los microplásticos en el cuerpo humano.

Un fondo de inversión se centrará en regenerar los océanos

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temperatura de los océanos
temperatura de los océanos

Swen capital partners lanza un fondo dedicado a la regeneración de los océanos. Tras lanzar su primer fondo de inversión europeo dedicado a los gases renovables (metanización, hidrógeno) en 2019, Swen capital partners ha anunciado el lanzamiento de un segundo fondo, Blue ocean, en colaboración con Ifremer

El anuncio se hizo el 6 de septiembre en el Congreso Mundial de Conservación de la UICN en Marsella. Swen Capital Partners, que acaba de recaudar 52 millones de euros, pretende obtener un total de 120 millones de euros para financiar «unas 25 start-ups, principalmente en Europa», que innoven para la preservación y regeneración del océano, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de Naciones Unidas. Innovaciones para las que «la tecnología y las expectativas del mercado ya han sido probadas», dice la sociedad de gestión especializada en la inversión en activos no cotizados.

La ambición es generar tanto un impacto medioambiental como una rentabilidad competitiva de la inversión. «La estrategia se centrará en soluciones que aborden las principales amenazas para el océano, como la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático, para transformar mercados de alto crecimiento y creación de empleo, como la acuicultura y la energía marina», dijo Swen Capital Partners en un comunicado.

«Queremos fomentar la aparición de nuevas empresas en el ámbito de la ciencia y la tecnología marinas», dijo François Houllier, director general de Ifremer. El instituto apoyará el estudio de las oportunidades de inversión. «Nuestro objetivo final es hacer de la preservación del océano una palanca de creación de valor para la sociedad. Está en marcha una inversión inicial en una empresa europea.

El mercado de la UE representa el 15% de las exportaciones rusas de pescado

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El mercado de la UE representa el 15% de las exportaciones rusas de pescado. Así, el pasado mes de junio, España importó 106 toneladas de pescado de Rusia.

Según las últimas estadísticas aduaneras, las importaciones de pescado de la UE procedentes de Rusia alcanzaron las 17,5 mil toneladas en junio de 2021. El mercado europeo representa alrededor del 15% del total de las exportaciones rusas de pescado y marisco.

¿Qué países de la UE importan pescado de Rusia?


Tradicionalmente, Holanda es el comprador más activo de pescado y marisco en la Federación Rusa. Los Países Bajos, que representan el 6% del total de las exportaciones de pescado ruso a la UE y el 9,3% del total de los suministros externos de pescado procedentes de Rusia, compraron en junio de 2021 11.005 toneladas.

Alemania ocupa la segunda posición con un volumen de compras de 2.555 toneladas. El mercado alemán representa el 15% de los envíos de pescado ruso a Europa y el 2,2% del total de las exportaciones rusas.

Francia se encuentra entre los tres primeros importadores, con 1.667 toneladas (9,5% de los suministros a la UE y 1,4% del volumen total de las exportaciones).

Otros importadores europeos de pescado y marisco de Rusia.

  • Polonia – 882 toneladas;
  • Italia – 475 toneladas;
  • Lituania – 372 toneladas;
  • Dinamarca – 160 toneladas;
  • Estonia – 117 toneladas;
  • España – 106 toneladas;
  • Portugal – 50 toneladas;
  • Suiza – 49 toneladas;
  • República Checa – 39 toneladas;
  • Eslovaquia – 36 toneladas;
  • Letonia – 15 toneladas;
  • Israel – 12 toneladas.

Transición Ecológica cataloga 7.500 kilómetros cuadrados como zona de uso para la energía

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El Ministerio para la Transición Ecológica ha catalogado más de 7.500 kilómetros cuadrados de aguas territoriales españolas como «zona de uso prioritario para la energía eólica marina» o «zona de alto potencial» para el desarrollo de esta tecnología. En muchas de esas zonas, donde el recurso eólico es mucho mayor que en tierra firme, las soluciones flotantes serán las elegidas. Y la industria eólica española está muy bien posicionada para desarrollar esos parques flotantes, que tendrían mucho menor impacto visual que los terrestres, y también menor impacto ambiental que los parques marinos cimentados. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) acaba de publicar «Preguntas frecuentes sobre la eólica marina en España». Aquí van las respuestas.

La eólica flotante se asoma a 7.500 kilómetros cuadrados de aguas españolas "con alto potencial"

«España dispone de la cadena de valor completa* del sector eólico con muchas empresas nacionales ya involucradas en proyectos de eólica marina desarrollados en el extranjero. Por ello, España tiene la oportunidad de convertirse en un hub industrial y de desarrollo tecnológico en eólica marina, especialmente de tecnología flotante». Lo dice la AEE en su documento «Preguntas frecuentes sobre la eólica marina en España». En él, da muchas pistas sobre el futuro inmediato de la eólica marina y, sobre todo, muchos datos sobre el presente. Ahora mismo, por ejemplo, en las aguas territoriales del Viejo Continente hay 25.000 megavatios de potencia eólica instalada (2.900 fueron erigidos el año pasado, el Año del Covid, lo que denota la madurez y la robustez de un sector capaz de sortear hasta el fenómeno más extraordinario, una pandemia global que afectó y sigue afectando a la logística en todo el mundo). Pero esos 25.000 megavatios (25 gigas) son solo el principio. El Plan Estratégico Europeo en Tecnologías Energéticas (SETPlan) ha adoptado como objetivo consolidar el liderazgo global de la Unión Europea (UE) en energía eólica marina, y, hace solo unos meses, la Comisión Europea aprobaba la Estrategia Europea de Energías Renovables Marinas, estableciendo objetivos de más de sesenta gigavatios (GW) en 2030 y trescientos gigas para 2050.

Horizontes inabarcables
El mercado es formidable. Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Francia lo saben, y por eso son las naciones que encabezan la clasificación europea de potencias eólicas marinas. Sí, un mercado formidable, y cada vez más vasto. Porque si hasta ayer eran las aguas someras (de escasa profundidad) las únicas capaces de acoger aerogeneradores marinos, ahora la tecnología flotante está abriendo horizontes sencillamente inabarcables. Lo cuenta la AEE en su documento: la eólica marina -explica- opera con aerogeneradores más potentes que la terrestre; y, además, la eólica marina flotante, que puede alejarse más de la costa (hasta colonizar aguas muy profundas) está sometida a vientos mucho más poderosos que los que agitan los aerogeneradores próximos a tierra firme. «La flotante -explica AEE en su informe- implica además mayores factores de capacidad que la tecnología de cimentación fija, al tener disponible un recurso eólico más intenso y de mayor constancia». Así, por ejemplo, en el caso de Hywind, el pionero parque flotante, en aguas escocesas, el factor de capacidad del año 2020 ha sido del 57,1%, mucho mayor que el factor de capacidad de la eólica marina de Reino Unido de cimentación fija, que tiene un factor de capacidad del 40%, y, así mismo, mucho-mucho mayor que el 24% de la eólica terrestre.

Según AEE, el 80% del recurso eólico marino en Europa se encuentra localizado en aguas de más de 60 metros de profundidad. Y la situación actual de la tecnología de eólica flotante «ya permite hoy en día -aseguran en la asociación- la instalación de grandes parques comerciales» en aguas con esas profundidades. Es más, concretamente en Canarias, ahora mismo sería más barato generar electricidad con un parque eólico marino flotante que producir esa electricidad tal y como lo hacen, es decir, quemando combustibles fósiles (diésel, gas, fuelóil). Según el Anuario Eléctrico de Canarias, el coste medio de la generación en el archipiélago en 2019 se situó en los 152,45 euros. Pues bien, los costes de los proyectos comerciales flotantes -señalan en AEE- oscilan en la actualidad entre los 80 y los 100 euros el megavatio hora, es decir, que generar un megavatio hora en una plataforma eólica flotante es mucho más barato que hacerlo en tierra firme en una central térmica de fuel como las que tiene Endesa en Canarias. Eso, sin entrar en los números de la eólica marina de cimentación, que viene arrojando números extraordinarios: 44 euros el megavatio hora en subastas de 2019, cuando apenas cinco años antes, en 2014, las subastas estaban en los 150 euros (entre la fecha de adjudicación y la puesta en servicio del parque suelen pasar entre cuatro y seis años).

Volviendo otra vez la mirada al norte, ya hay varios países que cuentan con parques eólicos marinos flotantes en el Viejo Continente, como Reino Unido (treinta megavatios, 30 MW), Portugal (25 MW) y Noruega (3,6 MW), y también hay naciones que están ahora mismo desarrollando proyectos que pondrán en servicio en los próximos 3 años, como Francia (113,5 MW), Noruega (88 MW) y Reino Unido (48 MW). Muchos gobiernos, en todo caso, tienen claro que la eólica marina, sea cimentada al lecho, sea flotante, es parte clave de la solución al desafío energético en el que estamos metidos. «Como referencia -señala la AEE en su informe-, Italia, el país con menores objetivos en eólica marina, plantea 900 MW de offshore a 2030, con unas condiciones de viento muy inferiores a las de España». El Gobierno español sin embargo no especifica objetivo eólico marino alguno en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, lo que contrasta poderosamente con la actividad del sector eólico nacional, que no solo ha protagonizado, junto a otros actores internacionales, la revolución eólica que ha tenido lugar a escala global a lo largo de las tres últimas décadas, sino que, además, en lo que a la marina se refiere, es extraordinariamente activo. Ahora mismo existen numerosos conceptos de energía eólica flotante que están siendo desarrollados en diferentes regiones, Europa, Estados Unidos y Japón a la cabeza. Pero se da la circunstancia de que España es el país en el mundo con el mayor número de tecnologías desarrolladas (9 de 34 a principios de 2021). [Junto a estas líneas, tecnologías de cimentación fija; más abajo, algunas de las soluciones flotantes con las que la industria ya está trabajando].

España tiene, como se dijo al principio, más de 7.500 kilómetros cuadrados de aguas que la Administración ha catalogado como de alto potencial o prioritarias para el desarrollo de proyectos offshore. Se trata de aquellas zonas en las que (1) el recurso eólico es «idóneo para la explotación comercial», pues alcanza valores superiores a los 7,5 metros por segundo de velocidad de viento a 100 metros de altura (en el caso de la península) y a 140 metros de altura en el caso de Canarias; (2) la profundidad no supera los 1.000 metros; (3) “a ser posible, se encuentran próximas a una zona en tierra con las infraestructuras eléctricas adecuadas para la evacuación de la energía generada”; y (4) no se encuentran en zonas identificadas por la Dirección General de Biodiversidad como incompatibles.

Más de 7.500 kilómetros cuadrados, en fin, en los que cabe mucha eólica marina, buena parte de la cual (sino toda) va a ser flotante. Porque resulta que tanto en torno a la península como en las aguas que rodean el archipiélago canario el mar gana profundidad muy rápidamente, y las soluciones elegidas van a ser necesariamente flotantes. Entre otras cosas, y además, porque el turismo manda mucho en el país y la prioridad será seguramente evitar impactos (visuales o de cualquier otro cariz) en ese sector.

La industria eólica nacional siempre lo ha tenido claro y por eso apostó muy pronto por desarrollar soluciones flotantes, que permiten llevarse los aerogeneradores mar adentro, lejos de la mirada de los bañistas, a zonas además en las que el recurso es mucho mayor que junto a la costa o tierra adentro. Los nuevos emplazamientos a los que la tecnología flotante va a llegar presentan -explica AEE en su informe- factores de capacidad elevados «que pueden superar las 4.000 horas equivalentes, y que permiten una disminución sustancial del impacto ambiental y visual» (para comparar, baste decir que un parque eólico terrestre medio se mueve en torno a las 2.000 horas).

O sea, que estamos ante un recurso, el viento, mucho mayor (según AEE, entre un 30 y un 50% mayor); un recurso que el sector va a poder encontrar en un área mayor (el mar abierto va lógicamente mucho más allá del horizonte que se otea desde la costa). La eólica marina además puede emplear máquinas (y las está empleando) mucho más potentes (estamos hablando de aerogeneradores de quince megavatios, cuando los más potentes en tierra firme apenas superan los cinco o seis); y puede así mismo abordar parques mucho-mucho más grandes: «actualmente -recoge AEE en su informe-, los proyectos marinos llevados a cabo en Europa tienen una potencia que va desde los 200 MW hasta los 1.220 MW, con una tendencia a instalar mayores potencias debido a los beneficios de las economías de escala y a la evolución tecnológica».

Y la AEE lo tiene muy claro: (1) «la situación actual de la tecnología de eólica flotante ya permite hoy en día la instalación de grandes parques comerciales», y (2) «España tiene la oportunidad de convertirse en un hub industrial y de desarrollo tecnológico en eólica marina, especialmente de tecnología flotante».

De todo ello habla en «Preguntas Frecuentes sobre la Eólica Marina en España», documento que publicó ayer y en el que contesta a las cuestiones principales, relativas a los objetivos que puede y debe abordar esta tecnología, su potencial, el impacto económico, un análisis de las diferentes soluciones disponibles (tanto de cimentación a lecho como flotantes), los elementos que componen un parque eólico offshore, los beneficios económicos del desarrollo de la eólica marina para España, el análisis de su impacto ambiental, sinergias con otras actividades, etc.

En el horizonte -perfila la Asociación-, muchos potenciales beneficios. Para empezar, empleo. Según el «Informe sobre la economía azul de la UE de 2020», de la Comisión Europea, los empleos en el sector de la eólica marina (210.000) suponen ya el 51% del total del empleo soportado por el sector eólico en su conjunto. Para empezar.

Empleo en el sector, directamente, pero también en otros sectores estratégicos de la economía española: construcción naval y astilleros; ingeniería civil y consultoría; industria de la construcción (grandes infraestructuras, metálicas y de hormigón); industria marítima auxiliar; gestión portuaria; universidades e institutos de investigación; equipamiento eléctrico…

Elevado impacto socio-económico, pues, y bajo impacto ambiental. La Asociación Empresarial Eólica incluye en su informe varias referencias muy interesantes. Son estas.

1. Greenpeace UK ha publicado recientemente «A Green Recovery. How we Get There», un documento en el que considera como primera prioridad política el conseguir que la eólica marina sea la columna vertebral del sistema eléctrico de Reino Unido, con al menos 40 GW instalados en el país para 2030. Entre las medidas que proponen en dicho informe AEE destaca esta: “dar clara prioridad a la eólica marina en el uso del espacio marítimo, por delante de la extracción de combustibles fósiles y de arenas, y de la pesca, y requerir al estado designar sustancialmente más espacio marítimo para la energía eólica de la propuesta actual».

2. El apoyo de Greenpeace a la eólica marina se ha mostrado también en Italia, donde ha sido una de las organizaciones firmantes del «Manifiesto para el desarrollo de la energía eólica marina en Italia, de conformidad con la protección del medio ambiente y el paisaje». Firman también ese manifiesto Legambiente (asociación ambientalista italiana), ENAV (Asociación Eólica Italiana) y Kyoto Club. En el documento en cuestión los firmantes exponen su interés en la difusión de la eólica marina, y piden la revisión significativamente al alza de los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima italiano en esta tecnología, actualmente en 900 MW para 2030 (el plan español no precisa una potencia eólica marina objetivo a alcanzar en esa fecha).

3. En Australia, país donde todavía no existe eólica marina, Friends of the Earth ha realizado una propuesta del marco legislativo para permitir el despliegue de esta tecnología, y ha reiterado en numerosas ocasiones la necesidad y urgencia de que esta legislación sea aprobada. Friends of the Earth Australia incluso está recogiendo firmas para pedir al Gobierno acelerar la creación de este marco legislativo que permita la aprobación y subsecuente construcción de parques eólicos marinos.

4. Oceana, la mayor organización internacional centrada exclusivamente en la conservación de los océanos, la protección de los ecosistemas y las especies amenazadas también ve como positivo el desarrollo de la eólica marina, habiendo pedido en numerosas ocasiones que España siguiese el paso de países más avanzados en esta tecnología como Dinamarca. De esta manera, han reclamado el apoyo al impulso de la eólica marina, llegando a pedir la instalación en España de un mínimo de 1.000 MW de eólica marina.

España dispone de la cadena de valor completa del sector eólico -concluye AEE-, y tiene la oportunidad de convertirse en un hub industrial y de desarrollo tecnológico en eólica marina, especialmente de tecnología flotante: «la promoción de la actividad tecnológica e industrial de la energía eólica marina flotante en España contribuirá a la mitigación de los efectos del cambio climático a través del desarrollo de una energía limpia y conllevará un impacto macroeconómico positivo, derivado de la creación de empleo cualificado, aumento de las exportaciones y crecimiento del PIB nacion.

NAVALIA organiza el primer encuentro presencial del sector naval

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GRAF3122. VIGO, 22/05/2018.- El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (c), acompañado del alcalde de Vigo, Abel caballero(2i), el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas(i), la presidenta del ICO Irene Garrido (2d), y el presidente de Navalia, José Costas(d), durante el corte de la cinta inaugural de la VII edición de la Feria Internacional de la Industria Naval de Vigo, que espera ser la mejor de su historia en cuanto a actividad, visitantes, expositores y cifras de negocio, y certificar así la recuperación del sector. EFE/Salvador Sas

NAVALIA tiene todo preparado para el primer encuentro presencial del sector naval que tendrá lugar los días 9 y 10 de septiembre y será un evento cerrado al que solo se podrá asistir mediante invitación

La organización de Navalia celebrará la próxima semana el primer encuentro presencial del sector naval después de tantos meses de pandemia. Tendrá lugar los días 9 y 10 de septiembre y en dos sedes de la ciudad: el Auditorio do Mar de Vigo y el Museo do Mar de Galicia. Será un evento cerrado al que solo se podrá asistir mediante invitación y con estrictas medidas sanitarias para garantizar la seguridad de los asistentes.
Tras la cancelación de Navalia 2020, la organización se replanteó muchos aspectos de la feria con la mirada puesta en mejorar y adaptarse a los nuevos tiempos. Por ello, y
con el ánimo de seguir trabajando por un sector tan importante para la economía, la dirección de la feria se marcó como objetivo organizar el Encuentro Internacional
de la Construcción Naval, Navalia Meeting, en los años impares (dado que la feria tiene una periodicidad bienal).
“Llevamos muchos meses barajando fechas y el tipo de evento que podríamos hacer. Los constantes cambios en las restricciones debido a la evolución de la pandemia y la
gran incertidumbre en su evolución pese a la vacunación no nos permitían hacer algo más grande. Pero el sector nos emplazaba a organizar un encuentro para volver a
reunirnos presencialmente después de tantos meses de pantallas y conferencias virtuales”, apunta Javier Arnau, director de Navalia.

Para esta primera edición, por tanto, la cita tendrá como objetivo volver a reunir al sector naval después de tantos meses sin ningún tipo de eventos o reuniones presenciales.


“Queremos agradecer la colaboración de nuestros patrocinadores sin los que hubiese sido imposible llevar a cabo este encuentro, así como el gran apoyo institucional del Concello de Vigo y la Xunta de Galicia”, explica Arnau.


La primera jornada de Navalia Meeting se celebrará el 9 de septiembre en el Auditorio do Mar de Vigo. El programa contempla la celebración de una charla sobre la visión europea del sector naval de la mano de Sea Europe, así como una mesa redonda titulada “El naval español desde el prisma regional. Visión de los clústeres”. En esta mesa redonda participarán representantes de los clústeres navales de Baleares, Cádiz, Canarias, Galicia, País Vasco y del Clúster Marítimo Español.El Alcalde de Vigo, Abel Caballero, participará en el acto de bienvenida de los asistentes a la ciudad y posteriormente entregará un premio reconocimiento a la trayectoria profesional dentro del sector naval que se otorgará durante una cena/ cóctel en el Auditorio.

Al día siguiente Navalia Meeting se trasladará al Museo do Mar de Galicia. A primera hora tendrá lugar una reunión privada entre el Presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el Comité Ejecutivo de la feria.


El Presidente de la Xunta de Galicia participará posteriormente en la constitución oficial del Comité Ejecutivo de Navalia 2022, que dará el pistoletazo de salida
de cara a la octava edición de la feria, que tendrá lugar del 24 al 26 de mayo de 2022. Tras la presentación se celebrará una jornada con motivo del 250 Aniversario del Cuerpo de Ingenieros Navales de la Armada, centrada en el futuro de la construcción militar en España y en cómo involucrar a la industria auxiliar nacional. El evento finalizará con un aperitivo gallego en la terraza de Museo
do Mar de Galicia. De forma paralela, tendrá lugar una misión comercial inversa organizada por el IGAPE y Aclunaga

PEW aboga por mejorar el seguimiento de las normas de sostenibilidad con las OROP

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Expertos de PEW ven necesario mejorar el seguimiento de las normas de sostenibilidad con las OROP. Una serie de talleres de expertos desarrollan soluciones para reforzar el cumplimiento en las organizaciones regionales de gestión pesquera


Las normas de las pesquerías internacionales de importancia económica, ecológica y cultural -como las de las especies de atún y marlines- son acordadas por los gobiernos que cooperan a través de organismos conocidos como organizaciones regionales de gestión pesquera u OROP. Los límites de gestión de las OROP abarcan aproximadamente el 90% de la superficie del océano, y sus decisiones sobre cómo gestionar estas pesquerías tienen importantes implicaciones para la salud futura de estas poblaciones y de las pesquerías, comunidades y ecosistemas que dependen de ellas.

A pesar de ello, las OROP carecen a menudo de los recursos, los datos y la coordinación entre los gobiernos miembros para gestionar eficazmente sus pesquerías y garantizar que los buques cumplan las normas. En una época en la que se exige cada vez más transparencia y responsabilidad sobre la explotación de los recursos naturales, es vital que las OROP modernicen la gestión de la pesca, por ejemplo, garantizando revisiones eficaces del cumplimiento, mejorando la transparencia y haciendo un seguimiento efectivo de las infracciones.

Cuando The Pew Charitable Trusts y la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF) se propusieron organizar una serie de talleres de expertos sobre el cumplimiento en las OROP, surgieron dos preguntas: ¿De qué manera la falta de cumplimiento socava la gestión pesquera? ¿Y cómo pueden los gobiernos colaborar para incentivar y hacer cumplir las normas? Los talleres, que tuvieron lugar en septiembre de 2020 y marzo de 2021, reunieron a más de 30 expertos de las secretarías y los comités de cumplimiento de las OROP, incluidos los de las cinco OROP de túnidos, las organizaciones internacionales, el mundo académico y las organizaciones no gubernamentales, para debatir los retos de cumplimiento a los que se enfrentan las OROP y las posibles soluciones.

Retos y posibles soluciones


En los talleres se identificaron varios retos que dificultan el cumplimiento. En algunos casos, la falta de claridad de las normas da lugar a requisitos de información ambiguos, o incluso contradictorios, para los gobiernos y los buques. Si a esto se suma el gran volumen de datos que deben transmitirse a los comités de cumplimiento -sin que exista una forma eficaz de revisarlos en algunas OROP- y la excesiva dependencia de datos gubernamentales no verificables, resulta difícil que los comités de cumplimiento sean eficaces. Esto, a su vez, conduce a una falta de confianza entre los actores, y el seguimiento incoherente de las infracciones dificulta que las OROP refuercen los regímenes de cumplimiento o incluso aborden las infracciones persistentes. Estos retos socavan la labor de las OROP en apoyo de la pesca sostenible.

Sin embargo, estos retos no son insuperables, y los expertos que participaron en los talleres ofrecieron soluciones que podrían conducir a un cumplimiento más estricto y a una mayor transparencia en las pesquerías. Sugieren que las OROP redacten medidas específicas para aclarar las obligaciones y los requisitos de información para acabar con la confusión causada por normas poco claras o contradictorias. Además, las OROP deberían trabajar para racionalizar los requisitos de información, incluyendo datos resumidos de fácil acceso con revisiones periódicas y sistemáticas. Esto reduciría la abrumadora cantidad de datos que revisan las OROP y, junto con una mayor capacidad, les ayudaría a evaluar mejor el cumplimiento. Por último, las OROP deben definir de antemano cómo responderán al incumplimiento por parte de los buques o los gobiernos para garantizar una mayor responsabilidad. Un tercer taller de expertos, que se celebrará en noviembre de 2021, se centrará en estas cuestiones, examinando los mecanismos de revisión del cumplimiento de las OROP.

Con la mejora de los regímenes de cumplimiento, las OROP pueden garantizar que las poblaciones de peces que gestionan sean más sostenibles y que quienes las capturan rindan cuentas. Al participar en los talleres de Pew y del ISSF, muchos gestores pesqueros y partes interesadas han mostrado ya su deseo de avanzar. Ahora, es el momento de que todos los gobiernos que forman parte de las OROP, además de otros en posición de influencia, pasen de las palabras a los hechos y refuercen los esfuerzos de cumplimiento en el trabajo, de vital importancia, de gestionar eficazmente las pesquerías.

Autor del artículo: Robin Davies trabaja en el proyecto de pesca internacional de The Pew Charitable Trusts

¿Cómo ha sido la evolución del Derecho del Mar’

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Desde un concepto geográfico, las aguas marinas, las que denominamos mar, son aquellas que integran la masa de agua salada que cubren gran parte de la superficie de la tierra y rodea los continentes, formando los mares y los océanos.

Jurídicamente, el mar está formado por un conjunto de espacios marítimos sometidos a distintos regímenes jurídicos, sobre los que inciden normas de distinta naturaleza, pública y privada, de soberanía o sólo de jurisdicción.

La teoría de los espacios marítimos encuentra su fundamento, a lo largo de la historia, en causas políticas o de defensa y en causas económicas. En la evolución del Derecho Internacional del Mar podemos distinguir tres etapas.

La primera desde los inicios de la ordenación pública del derecho del mar hasta los primeros intentos de codificación llega hasta el siglo XX, en el periodo conocido como entreguerras (1930).

En esta etapa prevalecieron los intereses de las comunicaciones y descubrimientos junto a otros de orden comercial, militar y colonial. Así, el régimen jurídicos de los amres y océanos se articuló, fundamentalmente, sobre la distinción de dos espacios marítimos: el mar territorial y la alta mar o mar libre.

El mar territorial tenía una extensión muy reducida, por razones de seguridad de las costas y el territorio, y en él el estado ribereño ejerce su soberanía.

El alta mar se extiende más allá del mar territorial y se regía por el principio de libertad, régimen inspirado en la salvaguarda de los intereses de los estados poderosos.

En 1930 tuvo lugar en La Haya una conferencia de plenipotenciarios, auspiciada por la Sociedad de Naciones, a la que se denominó Conferencia de Codificación de La Haya. Dicha conferencia se centró en obtener un acuerdo general sobre la extensión del mar territorial, dividiéndose en tres posiciones diferentes.

La primera defendida por los estados que aceptaban el límite de tres millas, sin ejercicio por el estado ribereño como tal de competencia especial alguna más allá del mar territorial (Gran Bretaña con Africa del Sur, Australia, Canadá, India y Nueva Zelanda)

La segunda posición estaba representada por aquellos estados que aceptaban el límite de tres millas, pero con la creación de la zona contigua (Alemania, Bélgica, Chile, Cuba, Egipto, Francia, Islandia, Polonia…

La tercera posición la ocuparon los estados que, con o sin zona contigua,consideraban las tres millas como límite insuficiente del mar territorial (Brasil, Colombia, Cuba, España, Italia, Letonia….) y fijaban el límite de seis millas; Finlandia, Islandia, Nouega y Suecia en cuatro millas

China estaba dispuesta en aceptar un mar territorial de tres millas con otra zona contigua de seis millas. Sin embargo, Dinamarca y la UR.SS. no adoptaron una posición extrema sobre el tema.

La Conferencia de La Haya ante la disparidad de opiniones no pudo alcanzar su objetivo, pese a que dejó sentado lo que era el mar territorial sobre al que el estado ribereño ejercía soberanía y la zona contigua en la que dicho estado sólo podía reivindicar el ejercicio de determinadas competencias especializadas.

Una nueva etapa después de la II Guerra Mundial

La segunda etapa se inicia poco después de finalizada la II Guerra mundial y, en ella, junto a los intereses comerciales adquieren relevancia los intereses económicos. En esta etapa, en 1958, la I Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar cuenta con la participación de 86 estados y observadores de siete organismos especializados de las Naciones Unidas y de nueve organizaciones intergubernamentales.

Dicha conferencia empleó, como bases de discusión, el proyecto elaborado por la Comisión de Derecho Internacional, en su octavo periodo de sesiones, que configuraba en sus setenta y tres artículos un régimen unitario del mar.

La Conferencia dividió su régimen jurídico en cuatro Convenciones: la del mar Territorial y Zona Contigua, la de Alta Mar, la de la Plataforma Continental y la del Régimen de Pesca en Alta Mar.

¿Cuáles son las repercusiones del cambio climático?

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La previsión de los posibles impactos climáticos en las diferentes regiones de nuestro planeta tiene una muy elevada transcendencia socioeconómica. El clima es una factor que siempre ha estado ligado a la prosperidad de las civilizaciones o a su desaparición, como sucedió con culturas precolombinas en las altiplanicies de los Andes o civilizaciones que vivieron antiguamente en el Sahel. Es interesante señalar como las pinturas rupestres que dejaron estas culturas recrean escenas de caza que indican la abundancia de animales en zonas que hoy son desiertos y hace algunos miles de años albergaban pastos y ganados. Por ello, pese a las incertidumbres que pueden existir en la previsión, se realizan las mejores estimaciones con la tecnología actual para establecer que acontecimientos negativos pueden acontecer para nuestros pueblos en las distintas regiones del planeta.

Existe un consenso global en la comunidad científica, el calentamiento del planeta inducirá meteoros extremos, tales como olas de calor o precipitaciones copiosas, pero no existe unanimidad respecto a la frecuencia de aparición. Establecer estos hechos requiere datos de series temporales largas, cientos de años, para discernir los hechos que suceden de forma natural de aquellos que están directamente provocados por el calentamiento antropogénica. Es preciso, además, contar con datos globales del planeta, para establecer las tendencias que están sucediendo a escala global. Normalmente, en las regiones desarrolladas existen programas de medida y seguimiento de las variables ambientales, pero esto no sucede en regiones poco desarrolladas económicamente.

Entre las condiciones extremas que produce el cambio climático están

1-Alteraciones de las pesquerías mundiales.

2- Sequías prolongadas, debido al incremento de la evaporación.

3-Olas de calor e invasiones de polvo en la atmósfera, debido al calentamiento de las zonas áridas.

4-Inundaciones de los ríos, debido al incremento de las precipitaciones

5-Tornados, ciclones y tifones, debido al cambio de distribución del calor en las distintas partes del planeta.

El mercado náutico recupera niveles de prepandemia

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El mercado náutico alcanza niveles de prepandemia con lo que el sector navega viento en popa concifras superiores a las de antes de que el covid irrumpiera y trastocara ocio y negocio. Hasta agosto, según cifras de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), se habían matriculado en España 5.774 embarcaciones de recreo, un 10 % más que las que se habían dado de alta en el mismo período del 2019, que fueron 5.232. El año pasado, ya con el virus campando en un verano atípico, se incorporaron al censo 4.463 unidades.

La buena racha se aprecia en todas las modalidades y segmentos de eslora. Y ni siquiera los problemas logísticos a nivel mundial que están provocando retrasos en la entrega de, por ejemplo, motos de agua o barcos a motor de determinada eslora han podido frustrar «una de las mejores temporadas» para la náutica de recreo, en opinión de ANEN. Tanto es así que las empresas del sector ya se están preparando para presentar sus novedades en los salones náuticos de este otoño. La primera cita está a la vuelta de la esquina: esta misma semana en Cannes. La siguiente parada será en Génova para, a mediados de octubre, tomar el relevo Barcelona, con su Salón Náutico. Y es que, apuntan desde la patronal de las empresas náuticas de España, «tras casi dos años sin foros y citas presenciales, las marcas y empresas tienen ganas de mostrar novedades».

El alquiler, en auge

De esas 5.774 embarcaciones que se han dado de alta, el 70 % corresponden a unidades de uso particular, mientras que el 30 % restante se han destinado al chárter náutico: 1.738, en total. Es este un mercado que también se ha beneficiado del viento en la popa. Según el análisis de ANEN, realizado con datos de la Dirección General de la Marina Mercante, en lo que va de año las altas de unidades destinadas al alquiler han crecido un 20 % con respecto al mismo período del 2019. Si la comparativa se hace con el 2020, el aumento es todavía mayor: del 68 %.

España sigue siendo de barquito chiquitito. Las unidades de menos de 8 metros de eslora siguen siendo las más demandadas -suponen un 87 % del mercado náutico-, aunque su crecimiento con respecto al 2019 ha sido de un 8 %, por debajo del 25,5 % en que se han incrementado las altas de embarcaciones que miden entre 8 y 12 metros, que suponen el 9 % del censo. Incluso han crecido porcentualmente más las matriculaciones de barcos de entre 12 y 16 metros, que son un 3,1 % del mercado náutico. Por encima de esa eslora, que apenas son un 1 % de todas las que hay, también se han dado de alta más unidades que en el 2019: 55 unidades, que viene siendo un 10 % más.

Buena evolución gallega

Ese auge de la náutica de recreo se hace patente también en Galicia, donde las matriculaciones también han evolucionado al alza. En lo que va de año se han puesto en el agua 315 nuevas embarcaciones de recreo frente a las 280 que se dieron de alta en el 2020. Un crecimiento del 12,5 % impensable hace unos años.

Dificultades para conseguir motos de agua, neumáticas semirrígidas y lanchas plegables

El mercado náutico en España no ha crecido más… porque no ha podido. No ha sido posible por los problemas logísticos internacionales, que han frustrado las ansias de los aficionados por hacerse con según qué embarcación de recreo. Aunque los más buscados son los barcos a motor, el segundo tipo de unidades de recreo con más demanda son las motos de agua, pero la falta de stock ha impedido que este mercado creciese más de ese 3,3 % con respecto al 2019.

También han tenido problemas los interesados en embarcaciones neumáticas semirrígidas y plegables que, junto con las motos de agua, son las tipologías que se han visto más afectados por los retrasos en las entregas a consecuencia de la rotura de stocks. Esas dificultades provocan que sus matriculaciones hayan retrocedido -0,2 % y -2,2 %, respectivamente.

Los veleros, que son un 8 % del mercado, son los que más han aumentaron: un 36,3 %.

ANEN está abonando el terreno para que la náutica de recreo no abandone la senda positiva: «Desde el sector estamos trabajando para que los nuevos navegantes que han elegido la náutica para disfrutar de su tiempo libre de forma segura mantengan la ilusión y el hábito de seguir navegando. Confiamos en construir una relación sólida con ellos mostrando la experiencia de la navegación como una de las mejores a las que se puede optar al aire libre», dice Carlos Sanlorenzo, gerente de la patronal.

Cuatro consorcios en la carrera por los buques logísticos de la Royal Navy

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El Ministerio de Defensa del Reino Unido sigue oscilando entre su deseo de pagar lo menos posible por tres buques de apoyo sólido a la flota (FSSS) y el apoyo a su base industrial nacional.

Esto es lo que se desprende de la lista de cuatro equipos preseleccionados, dada a conocer el 1 de septiembre, cada uno de los cuales recibió un presupuesto de 5,8 millones de euros para afinar su oferta y dar al Ministerio de Defensa cierto margen de maniobra para decidir. Este Ministerio pensó que había acabado con la pretensión de que sólo una empresa británica ganara el contrato. Pero a estas alturas, sólo dos de los cuatro equipos parecen realmente capaces de tener un impacto significativo en los empleos navales del Reino Unido.

Este es claramente el caso de la alianza Team Uk formada por dos empresas británicas, Babcock y BAE Systems. La española Navantia se ha aliado con otros dos astilleros británicos, BMT y Harland & Wolff, sin revelar el beneficio para la industria naval británica. Un beneficio aún menos visible, por el momento, para los otros dos equipos, ya que la india Larsen & Toubro y la danesa Damen han unido sus fuerzas con empresas británicas que no tienen una actividad naval significativa y, sobre todo, ningún astillero, aunque tampoco sean pesos pluma.

No hay fecha para el siguiente paso

La primera se ha asociado con Leidos innovations ltd, una de las entidades británicas de Leidos (1.100 empleados), filial de un grupo estadounidense (40.000 empleados, 10.000 millones de dólares de volumen de negocio) que reforzó sus actividades navales mediante un crecimiento externo, en marzo, con la compra de la estadounidense Gibbs & Cox por 317 millones de euros.

Por su parte, Damen se alía con Serco, que en 2020 obtuvo 1.140 millones de euros en contratos militares, lo que supone un tercio de su facturación, principalmente en servicios e infraestructuras.

El Secretario de Defensa, Ben Wallace, no ha dado una fecha para la notificación del contrato. Si respeta su calendario anunciado, debería ser antes de la primavera de 2023.

La dieta de pescado marcó la evolución de los hominídos

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Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition y realizado por tres universidades (Beltsville-Toronto-Londres) por Broadhurst, Cunnane y Crawford respectivamente, ha demostrado que la introducción de alimentos ricos en OMEGA-3 de origen marino en la dieta de los homínidos permitió evitar la deficiencia de DHA, el ácido graso omega-3 docosahexaenoico, asociada a la pérdida de volumen cerebral que, en cambio, fue limitante para el desarrollo de los grandes simios y los grandes mamíferos que se limitaron a una dieta terrestre. La razón principal por la que estos ácidos grasos OMEGA-3 Lcp representan una nutrición específica para el cerebro es que el tejido nervioso de los mamíferos está formado predominantemente por lípidos (60% del peso seco del cerebro) y los ácidos grasos esenciales de la serie Omega-6 Lcp y OMEGA-3 Lcp deben introducirse con la alimentación, ya que no pueden ser sintetizados por el sistema nervioso central.

A lo largo de los milenios, la pesca ha desempeñado un papel fundamental en la vida humana y, junto con la caza, fue la principal fuente de alimentación de los homínidos y los seres humanos durante el Paleolítico. Los ríos y los mares ofrecían muchos recursos para el sustento de poblaciones enteras; todo tipo de peces se pescaban fácilmente gracias a la gran disponibilidad.


La pesca, en su sentido más profundo, es una lucha entre el hombre y los peces, entre la inteligencia y el instinto de conservación. Siempre ha sido un ejercicio de observación, estudio, paciencia, iniciativa y técnica, pues es bien sabido que los peces son por naturaleza muy cautelosos y prudentes en sus movimientos. En esta eterna lucha por la existencia, el hombre ha tenido que perfeccionar y crear constantemente nuevos métodos para asegurar su sustento; desde el principio, la técnica más común y practicable fue explotar la posibilidad de capturar peces que, debido al retroceso de la marea o a la reducción del caudal de los cursos de agua, se habían encontrado naturalmente aprisionados en piscinas naturales. La gente aprendió entonces a construir presas de madera en las que pescar con lanzas o incluso con sus propias manos. A medida que la población aumentaba y se hacía evidente la necesidad de más alimentos, se construyeron trampas para capturar los peces que se atraían con un cebo adecuado, y se inventaron y mejoraron anzuelos, lanzas y arpones para utilizarlos como herramientas de pesca. Las pruebas arqueológicas indican que los egipcios explotaban los recursos pesqueros del Nilo desde la prehistoria: se han encontrado grabados que registran los tipos de peces capturados, las técnicas de pesca, los métodos de preparación y el comercio de las capturas. Los egipcios utilizaban lanzas, anzuelos, presas y redes para capturar peces en la naturaleza, a diferencia de los habitantes de Mesopotamia, que incluso construyeron estanques en la fértil media luna de los ríos Tigris y Éufrates para asegurarse un suministro regular y accesible de pescado.

A partir del siglo I d.C. Roma, convertida en metrópoli, necesitaba la entrada de enormes cantidades de productos para mantener a su población urbana; en este contexto, la pesca por sí sola ya no podía satisfacer la demanda de pescado fresco, por lo que había que encontrar una solución económica que fuera también productiva, y fue en este periodo cuando se empezaron a experimentar y desarrollar las técnicas de acuicultura.

Los peces y el hombre


Durante la Edad Media, a partir del siglo XII, la pesca del arenque, sobre todo en el Mar Báltico, aportó prosperidad a la Liga Hanseática. Es interesante señalar que, incluso en esta época, la amplia explotación de estas zonas dio lugar a disputas por los derechos de pesca y los consiguientes beneficios, que dieron lugar a verdaderos conflictos, que a veces desembocaron en guerras, entre las naciones europeas. En el siglo XIV, los europeos adentraron sus barcos en territorios casi inexplorados para pescar bacalao en las costas de Islandia, utilizando una técnica especial para conservar el pescado que llegaba a los mercados europeos seco o salado.

Las técnicas de pesca


Las técnicas de pesca se adaptan al estilo de vida de los organismos: las especies bentónicas viven en el fondo y, por tanto, están vinculadas a la naturaleza del sustrato (lenguado, solla, rodaballo, rape, crustáceos, moluscos), las especies demersales viven cerca del fondo pero no dependen de él (bacalao) y, por último, las especies pelágicas viven en aguas abiertas (sardinas, boquerones, caballas, atún).
Las principales técnicas de pesca se pueden clasificar en dos categorías: técnicas de inactividad y técnicas de arrastre.

Las técnicas latentes toman su nombre del hecho de que el equipo de captura permanece estático. Son respetuosos con el medio ambiente y selectivos, por lo que permiten pescar animales de un determinado tamaño sin perjudicar al resto de la fauna marina, lo que da lugar a un pescado de gran calidad.
En cambio, las técnicas de arrastre, que reciben el nombre del arte de pesca que se remolca o arrastra detrás de una embarcación, suelen ser poco selectivas y dañan el lecho marino y el hábitat marino.
Este último tipo de pesca tiene efectos directos como el deterioro del hábitat, la sobrepesca de las especies objetivo y el daño a las especies no objetivo que no tienen interés comercial debido a su tipo o tamaño, que son descartadas en el mar sin vida. Además, estas artes de pesca varadas en el fondo del mar están contaminando nuestros mares.

¿Qué esperamos en el futuro?


El aumento exponencial de la población en los países en desarrollo en las próximas décadas plantea el problema de la disponibilidad de proteínas nobles. Mientras los científicos buscan soluciones a los problemas del cambio climático, la sequía y la escasez de agua, también deben centrar sus estudios en el desarrollo sostenible del uso productivo de los océanos y su enorme potencial nutricional.
La cantidad de peces capturados está disminuyendo, pero también hay límites a lo que la pesca sostenible puede proporcionar; por lo tanto, si queremos preservar los ecosistemas y las especies marinas, debemos aplicar soluciones alternativas. El mundo científico considera que la acuicultura tiene el potencial de satisfacer la creciente demanda de proteínas por parte de los consumidores, cada vez más conscientes de sus opciones de compra, al tiempo que reduce la pesca salvaje a corto plazo, permitiendo que la biomasa de peces recupere su equilibrio y manteniendo un control global compartido por todas las políticas.

La Cofradía de la Anchoa de Cantabria anima a recuperar los concurso de pinchos

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Anchoa del Cantábrico
Anchoa del Cantábrico

El plazo de inscripciones de la segunda edición del Concurso Regional de Pinchos con Anchoa ya está oficialmente abierto, a través de la página web de la Cofradía de la Anchoa de Cantabria ( www.cofradiadelaanchoa.com), organizadora de este certamen– en colaboración con Cantabria en la Mesa de El Diario Montañés–, y así se mantendrá hasta el miércoles día 15, no admitiéndose aquellas que se encuentren «fuera de plazo», tal y como reza en las bases.

Para Tino Sampedro, patrón mayor de la hermandad, este evento se presenta «con una gran incógnita». Habitualmente celebrado entre los meses de abril y mayo, las restricciones impuestas obligaron a suspender la organización en 2020 y esta pasada primavera, la situación epidemiológica tampoco era favorable. «Había que moverse y hacer algo. No sabemos si septiembre será un mes bueno o malo, habrá que valorarlo después. Pero lo que sí sabemos es que durante el verano se ha trabajado bien y hemos decidido no posponerlo más. Esto se está alargando demasiado y hay que seguir creando oportunidades. Desde la Cofradía hemos mantenido conversaciones con varios hosteleros y todos coinciden en que estos meses, tras la vorágine del verano, son tranquilos. La hostelería ha estado muy castigada meses atrás y es momento de sacar pecho».about:blankPUBLICIDAD

En un momento tan delicado como el actual la organización de estos concursos suponen un nuevo empuje, en esta ocasión de cara al otoño. « Queremos animar a todos los hosteleros de la región a participar, a promocionar nuestras anchoas, sus pinchos y sus negocios porque eventos como estos generan una enorme repercusión. Estos días pasaremos por diferentes municipios, visitando a quienes han participado otros años y a los que no. Lo importante de este certamen no es ganar el premio final, sino participar, esmerarse en hacer un buen pincho con anchoa y promocionarse. La anchoa se vende bien ella sola. Esto ya es una garantía, además del precio, inferior a 3 euros. Establecimientos que han participado otros años han estado vendiendo su pincho hasta varios meses después. Para mi, un buen pincho con anchoa tiene que ser sencillo, que predomine la anchoa pero que a su vez ofrezca algo más».

2019, primer Regional

En el marco de la XX Feria de la Anchoa, la gran final de la primera edición celebrada en 2019 con categoría Regional –la Cofradía lleva varios años celebrando a nivel local este certamen para premiar a los mejores pinchos de la villa–, tuvo como vencedor al Café Bar Siete Villas de Santoña, de ‘Sebas’ Larralde, que ejercía de perfecto anfitrión con un bocado original y de ‘capricho’: un crujiente de cacao con crema, lámina de queso grana padano y esferificación de gazpacho de remolacha y pera envuelta con una anchoa de ‘El Capricho, que además de original y una cuidada presentación, cumplía con uno de los requerimientos en este tipo de concursos, la aplicación comercial, puesto que se vendieron más de 1.200 unidades.