La cuenta atrás ya está en marcha: con la 60.ª ratificación —alcanzada el 19 de septiembre— el Tratado de Biodiversidad de las Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, conocido como High Seas Treaty) entrará en vigor tras 120 días, el 17 de enero de 2026. El hito, sellado con la ratificación de Sri Lanka, San Vicente y las Granadinas, Sierra Leona y Marruecos, convierte al BBNJ en el primer instrumento multilateral jurídicamente vinculante para conservar la biodiversidad marina en aguas internacionales, que cubren dos tercios del océano y casi la mitad del planeta.
El BBNJ dota al sistema internacional de nuevas herramientas legales para frenar la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas marinos en alta mar:
La entrada en vigor del BBNJ es vista como un acelerador del objetivo global 30×30 (proteger el 30% de mares y tierras para 2030), al crear por primera vez un marco operativo para establecer AMP en altamar y coordinar su vigilancia con organizaciones regionales. Expertos y ONGs señalan que el tratado llenará un vacío histórico en la gobernanza de la alta mar, armonizando estándares e información científica entre Estados y foros sectoriales.
La Unión Europea (UE) —que desempeñó un papel negociador clave— ha celebrado el umbral de ratificaciones y subraya que el siguiente paso es ampliar la ratificación universal para maximizar la eficacia del tratado. Varios Estados miembros (España, Francia, Portugal, entre otros) ya han depositado sus instrumentos, y Bruselas trabaja en orientaciones de implementación, incluida la preparación de la primera COP dentro de los 12 meses posteriores a la entrada en vigor.
Con la activación del plazo de 120 días, el tratado será derecho internacional aplicable el 17 de enero de 2026. La primera COP debería celebrarse en el año siguiente, donde se definirán procedimientos operativos: criterios para proponer AMP, metodologías de EIA, reglas de acceso/beneficios de MGR, estructura del secretariado y el clearing-house.
Para la flota comunitaria con actividad en alta mar, el BBNJ supondrá nuevos requisitos ambientales y previsibles zonas de intensa protección en corredores ecológicos de alto valor (montes submarinos, frentes oceánicos, zonas de cría y alimentación de megafauna). La UE, que ya impulsa estándares avanzados de trazabilidad y control, puede capitalizar su experiencia para liderar la implementación y facilitar asistencia técnica a terceros países, reforzando su diplomacia azul.
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