Anunciado a finales de diciembre, el sistema de paradas temporales asistidas ha quedado abierto para los buques que pescan lenguado en el Golfo de Vizcaya.
Los pescadores están muy molestos por la reducción de las cuotas de pesca de lenguado en el Golfo de Vizcaya, y están preocupados por su profesión. El pasado miércoles 29 de diciembre se organizó una marcha para mantener la pesca en la isla.
En el caso de pesca en la isla de Yeu viene de antiguo. Pero desde la década de 1990, la flota ha ido disminuyendo constantemente. «En ese momento, había 100 barcos. Hoy sólo hay 23», dice Sébastien Chauvet, secretario del comité local de pesca.
Siete barcos de pesca de altura se ven afectados por la reducción del 37% de la cuota de lenguado anunciada a mediados de diciembre por el Consejo de Ministros Europeo. La razón que se aduce es que los científicos han observado un colapso de la población de lenguado juvenil debido a la degradación del medio marino. En resumen, se sugiere que hay sobrepesca de lenguado.
Un mazazo
Este anuncio es otro golpe. «Tras la prohibición de las redes de deriva para el atún blanco en 1998, la obligación de dejar de pescar el atún rojo en 2006 y la cuota cero para el marrajo (…) Esta nueva restricción supondrá un golpe fatal para lo que queda de nuestra flota. Es el golpe de gracia. Nuestra profesión no sobrevivirá», insiste Sébastien Chauvet.
¿Qué futuro? «No queremos morir en silencio», continúa el secretario del comité local de pesca. Tras la conmoción y el enfado, la asociación de pescadores de la isla de Yeu ha decidido actuar. «Estamos decididos a no aceptar nuestro triste destino». Un mensaje, que suena como una llamada de auxilio, acaba de ser enviado a Anick Girardin, la Ministra del Mar.
Para mitigar las consecuencias de esta reducción de cuota a partir de enero de 2022, los pescadores de la isla de Yeu quieren ser compensados. «La pesca, un sector social y económico clave de nuestra vida insular, debe mantenerse. El apoyo a nuestros pescadores debe ser una prioridad absoluta», escribió la asociación de pescadores al Ministro. También se hacen propuestas como volver al 2023 en el nivel de cuota que no sea sinónimo de ruptura social
-autorización la utilización de redes de enmalle de deriva para la pesca del atún blanco con carácter experimental
-reapertura de la pesquería de marrajo
-conceder derechos adicionales sobre el atún rojo en el Golfo de Vizcaya a los barcos de la isla de Yeu
-poner en marcha un verdadero plan científico sobre la calidad del agua y la degradación del medio marino, en particular para el lenguado.
«La pesca, un sector social y económico clave de nuestra vida insular, debe mantenerse. El apoyo a nuestros pescadores debe ser una prioridad absoluta.
Desde 2016, ya no hay subasta en la isla. Todo el pescado se envía en contenedores refrigerados en el Maxiplon, barco de la compañía Atlantic Scaphandre que enlaza todas las noches Port Joinville con la subasta de pescado de Les Sables d’Olonne. Con el descenso de la cuota, habrá menos peces para desembarcar. Por lo tanto, los puestos de trabajo están amenazados.
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