Directivas europeas como la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina o la Política Pesquera Común de la Unión Europea abogan por una gestión pesquera que asegure la sostenibilidad de los stocks.
Durante los últimos años, esta gestión está avanzando hacia una visión más integradora, a nivel de ecosistema, la cual contempla no solo la abundancia del stock en cuestión y la presión pesquera que recibe, sino también cómo esta especie se relaciona con las demás especies que componen el ecosistema, es decir, quién se come a quién y quién compite contra quién.
Para ello es indispensable obtener un mayor conocimiento de las relaciones tróficas en el medio marino y cómo varían a lo largo del espacio y del tiempo. Esta información se ha obtenido históricamente mediante análisis visual del contenido estomacal, un método muy tedioso que requiere elevados conocimientos taxonómicos, y que es especialmente difícil (incluso imposible) cuando el contenido estomacal se encuentra digerido.
Con el reto de dar respuesta a esta problemática, un equipo multidisciplinar del centro tecnológico AZTI compuesto por expertos en genética, ecología marina y modeladores ecosistémicos, ha desarrollado y validado un novedoso método para facilitar y agilizar la obtención de datos tróficos de 5 especies de alto interés comercial en el golfo de Bizkaia: anchoa, sardina, merluza, chicharro y verdel.
El método, basado en el análisis del ADN presente dentro de los estómagos de los peces, está diseñado para reducir el tiempo de procesado de los estómagos y mejorar la eficiencia del análisis genético del contenido. Además, permite el análisis de cientos de estómagos simultáneamente y obtener un listado de las presas en cada uno de ellos.
“Con nuestro método conseguimos saber de forma precisa y fiable quién se come a quién y con qué preferencia en el océano, datos claves para ampliar nuestro conocimiento de la estructura trófica de los ecosistemas marinos”, destaca Oriol Canals, experto en genética marina de AZTI. “Un mejor conocimiento de las relaciones tróficas de los organismos marinos nos permite poder aplicar modelos de gestión pesquera basados en el ecosistema más realistas y, en consecuencia, asegurar una explotación sostenible de los ecosistemas marinos y de sus recursos, de alto valor para la economía y el sector pesquero”, apunta el investigador de AZTI.
El equipo de AZTI ha demostrado que los análisis genéticos permiten una identificación de presas más amplia que la inspección visual, incluyendo aquellas de rápida digestión como las medusas, normalmente pasadas por alto en los análisis visuales, así como una elevada precisión para identificar cambios temporales y espaciales en la dieta de las diferentes especies analizadas.
“Además, este método genético no es solo aplicable a las cinco especies estudiadas, sino que también se puede adaptar con facilidad a otras especies”, concluye Canals.
La investigación liderada por el centro tecnológico ha sido financiada por el programa europeo de Data Collection Framework (EUMAP) y por el Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno vasco a través del proyecto GENGES.
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