El atún es una de las proteínas presentes en la mesa de los hogares ecuatorianos y uno de los productos de rotación en la quincena o fin de mes en los supermercados. Las opciones en aceite de girasol de 140 a 184 gramos, según la marca, pueden ir desde $ 1,09 a $ 1,39 en autoservicios.
El consumo de conservas de atún en Ecuador representa un promedio mensual de 100.000 cajas, que al año representan 1.200.000 cajas. Cada caja puede contener 48 unidades de 160 gramos. En peso, ese consumo significa anualmente unos 9.792.000 kilogramos, según Ceipa.
La industria conservera tiene décadas operando en Ecuador, pero en los últimos diez años ha diversificado la oferta en las líneas de conservas, ensaladas y preparaciones (patés a base de atún y encebollado).
Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa), explica que las nuevas generaciones de consumidores están demandando otros tipos de productos como ensaladas y preparaciones, y eso ha llevado a la industria a ampliar su oferta.
Por el confinamiento que generó la pandemia, la demanda del atún en conservas creció el año pasado en un 3,5%, aunque este año se ha comenzado a estabilizar porque ya no hay ‘compras de pánico’, según fabricantes.
Real, Isabel y Van Camps son las marcas tradicionales con más peso en la participación del mercado. También compiten Campos, Tunalia, Yeli, Montecristi, entre otras.
Negocios Industriales Real (Nirsa), que comercializa bajo la marca Real diferentes tipos de productos, refiere que el atún en aceite de girasol tiene la mayor demanda. El año pasado representó un 81% sobre el volumen total.
Martín Catalá, director comercial de Nirsa, indica que aunque el atún en aceite tiene mayor participación, el consumo tanto en agua como en oliva viene creciendo de manera sostenida en los últimos tres años.
Según datos que maneja la industria, la Costa es la región con mayor consumo de la categoría de atún en lata, pesando el 55% del volumen total. La Sierra representa el 45%.
Nirsa, con instalaciones en la parroquia Posorja, es una de las industrias que ha ampliado su portafolio. Tiene presencia con atún en aceite de girasol, oliva, agua, lomitos, ventrescas, ensaladas y encebollado.
El último producto que ha introducido es el atún Real Agua Light en lata de 70 y 180 gramos. “Este tiene un menor contenido de sodio y está pensado principalmente para deportistas y personas que necesitan reducir su ingesta de sal”, dice Catalá.
Conservas Isabel Ecuatoriana es otra industria que en los últimos años ha apuntado a aumentar su cuota de participación. Juan Carlos Calero, ejecutivo de esa empresa, sostiene que en el último año han introducido atún al grill y atún en trozos con frejol rojo y blanco. “Son productos que poco a poco van creciendo y hay que hacerlos conocer”, dice el ejecutivo, quien coincide en que el atún en aceite sigue liderando las preferencias.
La firma también tiene presentaciones de ventresca de atún, paté y ensaladas. Calero sostiene que Ecuador tiene espacios para seguir creciendo a nivel de consumo de conservas. “Es una proteína barata”, indica.
En los últimos años, los supermercados también han entrado a la competencia con sus propias marcas. La producción de esas denominadas marcas blancas está a cargo de las mismas industrias locales. La marca Mi Comisariato, por ejemplo, es producida por Sálica del Ecuador y Ta Rico, que vende Tía, la elabora la firma Asiservy.
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El encebollado en lata se expende en los autoservicios locales desde el 2018 bajo la marca Real, pero con la receta de esta hueca, cuya marca también aparece en las etiquetas.
Negocios Industriales Real (Nirsa) indicó que el producto se creó por una alianza entre ambas marcas a partir de que la hueca ganó el concurso Raíces y fue premiada con la industrialización de su receta y distribución a nivel nacional.
El encebollado se elabora con la materia prima de Nirsa. El producto por ahora se vende en Ecuador, pero se hacen gestiones para exportarlo.
“Estamos gestionando su exportación a Estados Unidos para poder atender la demanda de los ecuatorianos residentes en dicho país”, señala Martín Catalá, director comercial de Nirsa.
Un reciente estudio realizado por investigadores de Espol denominado “Consumo per cápita de pescado en Ecuador durante el año de la pandemia 2020” encontró que el consumo per cápita en nivel promedio se situó en 13,48 kg por persona.
Estos valores difieren según la localidad debido a la dieta alimenticia que tienen. Así, por ejemplo, en Balao se ubicó en 24,12 kg/año; Puerto Baquerizo Moreno (Galápagos) en 17,72 kg/año; Durán, 11,64 kg/año; Portoviejo, 11,02 kg/año; Quito, 10,83 kg/año; Daule, 10,14 kg/año; y, Guayaquil, 8,98 kg/año.
El estudio identifica al atún como una de las especies de mayor consumo, seguido de la corvina, picudo, dorado y bagre.
“Ecuador tiene aún trabajo para fomentar el consumo local de pescado, más aún ante la gran diversidad de especies que posee y los beneficios a la salud de esta proteína”, dice Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería.
El consumo de pescado a nivel mundial se ubica en los 20,5 kg por año y Ecuador está por debajo de ese promedio.
Alrededor de un 10% del volumen procesado en el país es destinado para satisfacer la demanda del mercado local.
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