Europa Azul

Una nueva empresa caribeña ha comenzado a cumplir sus ambiciosas ambiciones de exportar atún rojo (Thunnus atlanticus) capturado localmente a los mercados europeos y venderlo a los clientes allí, todo dentro de las 48 horas posteriores a la captura. Caribbean Tuna International (CTI), que está instalada en la isla caribeña holandesa de Curazao, comenzó sus operaciones en las últimas dos semanas, durante las cuales realizó sus primeros envíos aéreos a Ámsterdam., según han informado esta empresa.La premisa única detrás de la ambiciosa oferta de CTI es proporcionar atún del Caribe a Europa que sea lo suficientemente fresco como para servir de manera efectiva como «captura del día».

La nueva compañía vende exclusivamente productos de atún de valor agregado, todos los cuales son capturados por pescadores locales utilizando métodos de pesca artesanal, principalmente líneas de anzuelo. El enfoque en el método ya atrajo la atención de la International Pole and Line Foundation (IPNLF): CTI se convirtió en la primera compañía de atún del Caribe en unirse a IPNLF el año pasado.

El cofundador de esta firma Rene Hof cree que la combinación de los dos valores hace que los métodos de CTI sean únicos entre las empresas de exportación de productos del mar del Caribe.

«Creemos en las prácticas de pesca de atún, uno por uno, nos ayuda a apoyar a los pescadores de atún locales y a adherirnos a nuestros valores organizacionales», dijo Hof. «Además de apoyar a las comunidades pesqueras más pequeñas, simultáneamente traemos una novedad de buen gusto al mercado europeo ».

Según los promotores de esta empresa «Estaábamos trabajando con un barco de pesca, en los puertos de Curazao, y lo que vimos que había muchos pescadores que no podían vender su captura de atún. Así que nos preguntamos ¿Por qué no se exporta esto?

A partir de aquí surgió la iniciativa de exportar a Europa. «Mandamos 20 kilos de atún rojo a los Países Bajos, donde habíamos reunido a unos pocos expertos en atún, y todos estuvieron de acuerdo en que era un pescado interesante que aún no se consume comercialmente en Europa; muchos de ellos no lo reconocieron», dijo Hof. dijo.

El equipo tiene seis miembros: uno en Bélgica y tres en los Países Bajos que cumplen una función de asesoría, mientras que Benjamin Schreur y Hof llevan a cabo la operación de distribución y procesamiento en Curazao.

La empresa tiene una nueva instalación de 220 metros cuadrados en la isla, dividida aproximadamente 50/50 entre los espacios de secado y enfriamiento. Si bien la construcción comenzó en marzo del año pasado, llegar a esa etapa fue un proceso largo y complejo.

«Hablamos con el gobierno de Curazao hace unos tres años, preguntando qué sería necesario para exportar a la UE», dijo Hof a Undercurrent. «Y dijeron que nadie lo había hecho nunca, que era casi imposible. Hay tantas leyes en las que pensar y tantos elementos diferentes que cuidar».

Dado que Curazao se reconoce como un territorio de ultramar, no es una parte oficial de la UE y, por lo tanto, se aplican las normas de exportación de terceros países.

«Estamos en un país que no pertenece a la UE, pero tenemos que adaptarnos a las normas de la UE», dijo Hof. «Nos dijeron que las instalaciones deben cumplir muchos requisitos muy específicos: deben ser ‘esto’ alto, deben ser ‘tan’ gruesos, es necesario tener un laboratorio interno, salas separadas donde las personas puedan limpiarse por sí mismas, zonas donde es necesario lavar el pescado; hay mucho que tener en cuenta «.

En última instancia, CTI tuvo que enviar las partes separadas de la instalación de Bélgica a los Países Bajos, y luego de allí a Curacao. Los módulos individuales del sistema box-in-box fueron construidos por Isocool, un socio de la firma belga de desarrollo empresarial Isomasters.

Según Hof, la compañía planea comenzar con volúmenes pequeños, solo exportando de una a tres toneladas métricas por semana, que después de seis meses tendrá que crecer hasta cinco. CTI ha apuntado volúmenes de exportación de 10t-20t por semana a finales de 2019.

Como uno de los miembros más pequeños de la familia del atún, el aleta negra se ha pasado por alto en gran medida en el mercado mundial de productos del mar. Como describe Hof, es «básicamente un pelágico costero más pequeño».

Sin embargo, como resultado de su relativa falta de cobertura, el aleta negra es la única especie de atún cuyos números son considerados de «menor preocupación» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

De todas las especies de atún que se consumen, el atún aleta negra es el más sostenible y las poblaciones se consideran las más sanas «, dijo Hof .

«Se concentra principalmente en el mar Caribe y el golfo de México; ese es el único lugar donde abunda el aleta negra, por lo que estamos en una empresa bastante especializada».

Comprensiblemente, uno de los problemas más importantes al planificar la estrategia de CTI, enfatizó Hof, es que nadie ha intentado vender el atún de aleta negra de Curazao en los mercados europeos anteriormente.

«Estamos muy concentrados en los Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia en este momento», dijo Hof.

ATÚN DE ALETA NEGRA (THUNNUS ATLANTICUS)
Pertenece a la familia Scombridae y se caracteriza por su aleta de color negro, a pesar de que este pez tiene la cabeza en tonos amarillos y la panza completamente blanca. Se le llama también atún del Atlántico o falsa albacora. Puede llegar a medir 108 centímetros y pesar 20 kilos. Vive en aguas con temperaturas superiores a los 24 grados y son característicos de la zona atlántica del continente americano. Su cuerpo es completamente rígido y tiene 13 espinas dorsales. Puede llegar a desplazarse hasta a 50 kilómetros por hora y nada en bancos con atunes de su mismo tamaño. Se alimenta de crustáceos, pequeños peces pasto y moluscos y llega a profundidades superiores a los 50 metros en busca de comida. Como dato característico, este pez contiene altas cantidades de mercurio en su sangre lo que lo sitúa en la parte alta de la cadena alimenticia. Tiene gran valor para la pesca deportiva.