La marca refleja confianza financiera en el sector naval privado, con 69 buques en construcción y más de 2.700 millones en cartera
La agencia de calificación Fitch ha elevado recientemente el rating crediticio de PYMAR —la sociedad que agrupa a los astilleros privados españoles— de BBB+ a A-, un salto que muchos interpretan como un voto de confianza internacional hacia el sector naval privado en España.
Lo hace en un momento de notable bonanza para la industria naval española: en 2025, los astilleros privados han alcanzado su mejor nivel de pedidos en 14 años, con 69 buques en construcción que suman una cartera valorada en más de 2.700 millones de euros.
Para Almudena López del Pozo, consejera delegada de PYMAR, la mejora del rating no es un simple reconocimiento simbólico, sino una confirmación de la “fortaleza y solvencia de la entidad y de los instrumentos financieros de los que dispone”, así como de su capacidad de colaboración público-privada con las administraciones.
Un rating más alto como A- mejora la percepción de riesgo crediticio de PYMAR, lo que puede facilitar que armadores nacionales e internacionales confíen en construir sus buques en España, con financiamiento más competitivo.
La industria naval privado a menudo depende de líneas de crédito, avales o instrumentos financieros para ejecutar proyectos que son intensivos en capital y con plazos largos. Una calificación más sólida le permite negociar mejores condiciones, tasas más bajas y acceso a nuevos inversores.
Este reconocimiento no solo beneficia a PYMAR, sino que extiende su efecto como estímulo para todo el tejido industrial que sustenta la construcción naval: empresas auxiliares, subcontratas, astilleros locales y proveedores tecnológicos.
Según los datos publicados, con esta actividad los astilleros españoles se consolidan como la segunda potencia de contratación naval de la Unión Europea y alcanzan posiciones de prestigio en el ranking mundial, especialmente en segmentos tecnológicos como buques para investigación oceanográfica, acuicultura marina o unidades vinculadas a la electrificación y la energía offshore.
Sin embargo, esta mejora no elimina los desafíos estructurales que arrastra el sector naval privado en España:
Dentro del mapa naval español, centros como Vigo (Astilleros Armón, Freire, ex-Barreras), Ferrol, Cartagena y Cádiz acaparan buena parte de la actividad de nueva construcción naval. Por ejemplo, Astilleros Armon Vigo ha ampliado su gama hacia barcos para energía eólica marina.
Para estos astilleros, la mejora del rating de PYMAR representa una señal para atraer nuevos proyectos internacionales y reforzar la imagen de España como destino estratégico para construir buques de alta gama.
El ascenso del rating de PYMAR a A- es mucho más que una noticia financiera. Es un reflejo de que los astilleros privados españoles han logrado consolidar una carga de pedidos robusta en un mercado exigente, alineando capacidades industriales y credibilidad financiera.
Pero no es suficiente con un buen año. La verdadera prueba será mantener la consistencia en los próximos ejercicios, diversificar hacia segmentos emergentes (offshore, energías renovables marinas, acuicultura) y fortalecer los engranajes tecnológicos e institucionales que sostienen la construcción naval.
En definitiva, el sector privado naval español ha dado un paso adelante. Ahora le toca consolidarlo, innovar y hacer que ese impulso se traduzca en empleo estable, innovación y prestigio internacional.
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