Se ha publicado en Frontiers in Marine Science la primera evaluación cuantitativa de la contribución de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) de veda a la conservación del atún tropical en el Océano Pacífico occidental y central (WCPO), que indica que, al menos para el atún, las AMP pueden no ser una herramienta de gestión eficaz.
Numerosos países del Pacífico han creado zonas marinas protegidas para tratar diversos problemas de conservación, pero al menos un argumento importante para su creación ha sido a menudo que tendrían un impacto positivo en la población regional de atún. Este estudio pone en duda esa afirmación tan repetida.
Coescrito por el personal de la Comunidad del Pacífico (SPC) y el Ministerio de Pesca y Desarrollo de Recursos Marinos de Kiribati (MFMRD), el documento encontró que una de estas AMP, el Área Protegida de las Islas Phoenix (PIPA), un AMP de 400.000 km2 sin capturas en el Pacífico central implementado por el Gobierno de Kiribati desde 2015, estaba teniendo un impacto insignificante en la conservación del listado y el patudo en el WCPO.
Igualmente el Área Protegida de las Islas Fénix (PIPA) ha tenido un impacto insignificante en la conservación del listado y el patudo en la WCPO.
Los atunes tropicales, como el listado y el patudo, tienen una amplia distribución en las aguas tropicales y subtropicales del Pacífico, y son capaces de desovar en cualquier lugar donde la temperatura del agua sea superior a unos 25°C. Sus larvas se desplazan a la deriva en las aguas del Pacífico. Sus larvas van a la deriva en las corrientes de agua superficiales, y a medida que crecen son capaces de desplazarse ampliamente por la región. Por tanto, cerrar una parte de la zona no suele ofrecer mucha protección a especies como ésta», explica el Dr. John Hampton, autor principal del estudio y científico jefe de la División de Pesca, Acuicultura y Ecosistemas Marinos de la SPC.
Lo que solemos ver cuando se cierran zonas como el PIPA es que los buques que habrían pescado allí simplemente trasladan sus actividades a zonas adyacentes, lo que de nuevo limita su eficacia de conservación, al menos para el atún».
Según el coautor Kaon Tiamere, director en funciones de la División de Licencias y Cumplimiento del Ministerio de Pesca y Desarrollo de Recursos Marinos de Kiribati, «el MFMRD de Kiribati ha estado preocupado porque, durante los últimos ocho años, el cierre del PIPA ha tenido un impacto negativo en los ingresos por licencias de atuneros extranjeros de Kiribati, que es una fuente crítica de ingresos para Kiribati. Estas pérdidas son difíciles de justificar si, como sugieren estos nuevos análisis, el PIPA aporta pocos beneficios para la conservación del atún. El Gobierno ha decidido reabrir el PIPA a la pesca del atún a partir de enero de 2023, y esa decisión está respaldada por los resultados de este trabajo».
El Área Protegida de las Islas Fénix (PIPA) ha tenido un impacto insignificante en la conservación del listado y el patudo en el WCPO.
El estudio analizó la posible eficacia para la conservación del atún de varias AMP hipotéticas mucho mayores, cada una de las cuales constituía alrededor del 33% de la superficie oceánica de la WCPO.
Aunque estas áreas más grandes pueden tener un impacto ligeramente mayor en la conservación de las poblaciones de atún que el PIPA, y también pueden estar dirigidas a una gama mucho más amplia de resultados de conservación, el estudio concluyó que era poco probable que fueran herramientas eficaces de gestión de la pesca de primera línea para los atunes tropicales.
Según el Dr. Simon Nicol, coautor del estudio y científico principal de pesquerías (Seguimiento y Análisis de Pesquerías y Ecosistemas) en la SPC, «las grandes AMP como éstas pueden aportar beneficios en los casos en que las pesquerías explotan especies bastante sedentarias y afectan a los hábitats, pero sólo contribuyen modestamente a conservar la abundancia de atún en toda la población.
‘Además, pueden interrumpir los beneficios para los países insulares del Pacífico con industrias de procesamiento y servicios, cuya ventaja competitiva se basa en su proximidad a las zonas de pesca para los buques que abastecen sus fábricas de conservas o utilizan sus instalaciones de transbordo y servicios’.
El Dr. John Hampton señaló que «muchos países de la región del Pacífico han implantado AMP motivados en parte por la percepción de cómo repercutirían positivamente en las poblaciones de atún. Este estudio demuestra que algunas de estas percepciones eran probablemente demasiado optimistas. Animamos a que se realicen evaluaciones como ésta, basadas en la mejor información científica sobre la biología de las poblaciones y pesquerías afectadas, antes de implantar las AMP».
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