La campaña de la anchoa va camino de ser de las mejores de la historia. Después de haber transcurrido cerca de dos meses y medio de campaña desde el inicio de la pesquería el pasado uno de marzo, la flota de cerco del Cantábrico compuesta por cerca de 140 embarcaciones llevaba capturadas del orden de 15.000 toneladas de anchoa de las 25.000 tn de cuota para 2018. Además, un 10% corresponde al segundo semestre del año por lo que las posibilidades de pesca hasta finales de junio se sitúan por debajo de las 8.000 toneladas.
Para tratar de conservar este botín las cofradías de pescadores del Cantábrico han adoptado una serie de medidas para gestionar correctamente lo que queda de campaña de anchoa. Así, desde ayer, los buques que faenan mediante el empleo de artes de cerco con base en Gipuzkoa, Bizkaia, Cantabria, Asturias y Galicia no podrán pescar al este del Cabo Matxitxako al objeto de evitar las capturas de anchoa joven. Asimismo, las cofradías han reducido a cuatro las jornadas en las que se podrá comercializar anchoa en los puertos del Cantábrico, eliminando las ventas que se realizaban en la jornada del viernes.
Otra de las medidas adoptadas por las cofradías afecta al tope diario de capturas establecido para cada embarcación. Así, los barcos grandes verán reducidas sus posibilidades de pesca diarias en 2.000 kilos, pasando de los 10.000 kg vigentes desde el inicio de campaña a los 8.000 kilos establecidos ahora por las cofradías. Asimismo, los buques de menor tonelaje podrán capturar un máximo de 6.000 kilos diarios frente a los 8.000 vigentes hasta la fecha.
Estas medidas han sido acordadas por mayoría en la flota del Cantábrico a propuesta de las cofradías de Bizkaia, Gipuzkoa y Cantabria y podrán ser modificadas en función del desarrollo de la pesquería durante las próximas jornadas.
Los acuerdos alcanzados por los arrantzales tratan de responder a la problemática suscitada tras varias semanas de importantes capturas de anchoa. Con todo, la campaña de anchoa de 2018 va camino de convertirse en una de las mejores de la historia.
Por otra parte, el elevado volumen de anchoa comercializada afecta de manera directa a la cotización del pescado en lonja y los arrantzales no están satisfechos con el valor en primera venta de su producto. Así, la reducción de jornadas de pesca y los topes diarios propiciará un decremento en la entrada semanal de anchoa que permitirá a los arrantzales finalizar la campaña sin sobresaltos.
La semana pasada la flota de cerco desarrolló su actividad en aguas de Cantabria. «Comenzamos la semana pescando frente a las costas de Bizkaia pero los cardúmenes de anchoa comenzaron a desplazarse hacia el oeste y terminamos el jueves largando entre Santander y San Vicente de la Barquera» señala el patrón de un pesquero vizcaino.
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