La lonja del puerto de Ondarroa estará completamente operativa, desde el lunes, día 2 de febrero, para así poder acoger los desembarcos de costera del 2021. Tras unas pruebas de la báscula, se permitirá llevar a cabo los desembarcos de especies. De esta manera, las capturas no quedarán al aire libre sobre el muelle sino que se descargarán directamente en las nuevas dotaciones evitando la pérdida de valor y garantizando así unas óptimas condiciones higiénicas y sanitarias para su manipulación.
La empresa que ha ejecuta la principal obra pública de los últimos años en los muelles vizcaínos ha realizado una inversión de 16,6 millones de euros, en un plazo de 47 meses de plazo establecidos para completar las distintas fases en las que se desarrolla el proyecto. El departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco encargó los trabajos a la unión temporal de empresas formada por Bycam, Gaimaz y Altuna-Uria.
Ahora comenzará, en breve, el derribo de la antigua Cofradía de Pescadores que abrirá un amplio espacio para llegada de los camiones que trabajen en la lonja.
La lonja cuenta con un enorme edificio con planta en forma de ‘L’ que ocupa la mayor parte de la parcela disponible, de 7.939 metros cuadrados. Tiene una fachada traslúcida que permitirá que la instalación funcione como un faro por la noche. Los accesos generales, la sala de subastas y el núcleo de comunicación principal de la sede administrativa, que se desarrolla en plantas superiores, están en el ángulo del edificio. Sobre el ala sur, por su parte, se desplegará una amplia cubierta transitable de uso público.
El puerto de Ondarroa descarga 35.000 toneladas de pescado al año mediante la actividad generada tanto a través de la Cofradía -sector de bajura- como por la pesca de altura, así como de la distribución de la asociación de Comercializadores de Pescado, que aglutina a 52 empresas, veinte de ellas mayoristas