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viernes, abril 19, 2024
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Los pescadores del Norte piden que no existan recortes en el TAC de merluza ibérica

Los pescadores del Norte esperan mantener una alta cuota de anchoa y esperan que la merluza no se recorte. El sector no espera grandes sobresaltos de la reunión del Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europe que se reúne, en Bruselas, mañana lunes y el martes para acordar las posibilidades de pesca de la flota comunitaria a lo largo de 2019. Con la cuota de verdel o caballa ya decidida, al igual que el bonito, únicamente, los barcos esperan por aliviar el recorte del 14% que la Comisión Europea ha planteado para la merluza Sur, que se pesca en el mar Cantábrico.

En principio, para la anchoa, la segunda especie más importante, tras el bonito, se espera que el total autorizado de capturas vuelva a estar en las 33.000 toneladas, de las que, 29.700 serán para los arrantzales, en base a los buen estado de salud de la especie que habían certificado los científicos. En el último estudio Juvena los científicos vaticinaron una buena campaña de la anchoa para el 2019, a tenor de los datos extraídos de la campaña JUVENA 2018. Por medio, del estudio de seguimiento anual de biomasa de juveniles de anchoa realizado por AZTI, se establece que unas 490.000 toneladas de anchoas menores de un año habitan en las aguas del golfo de Bizkaia. Esta cantidad es superior a la media histórica de la campaña

Hay que recordar que en la pasada primavera, los 145 barcos de cerco del Cantábrico y Noroeste agotaron la cuota asignada para el primer semestre de 24.500 tonelas. Estafue la primera ocasión en el que la flota agotó, en tan poco espacio de tiempo, la cuota permitida, con lo que supuso la mejor campaña de la historia, aunque se vi empañada por los bajos precios, que no han llegado de media al euro.

No obstante, la primera campaña del año de los arrantzales será en marzo del 2019 con el verdel, en donde se ha decidido una reducción del 20 por ciento del total. A a la flota que faena bajo pabellón español le corresponde un 7,63% del total, lo que supone una cuota de 24.618 toneladas para 2019 frente a las 38.432 que se asignaron en 2017. Esta cantidad se reparte posteriormente entre las tres flotas del Cantábrico que faenan a la pesca de verdel: arrastre de litoral, red de cerco y líneas de anzuelos. Además, la flota del Estado está obligada a reducir de su cuota una cantidad anual para hacer frente a la sanción impuesta por la Comisión tras la sobrepesca realizada en 2009 y 2010. En definitiva, la cuota de verdel disponible para 2019 será la más pequeña, con lo que se supone que quedará agotada en unos días.
Frente a ello, quedará por conocer si son posibles

Por lo que respecta al bonito, el TAC permitido está fijado, para el 2019, en 33.600 toneladas, el mismo del año pasado.

Flota de altura

En cuanto al resto de cuotas para la flota de altura de Ondarroa, la propuesta del Ejecutivo comunitario también propone recortes para el rape del Golfo de Vizcaya (-7%) y del Gran Sol (-2%) y la cigala capturada en aguas portuguesas y el Golfo de Cádiz (-26%). También pide mantener cerrada la pesquería de cigala en el Cantábrico. En cambio, aboga por incrementos de la cuota de merluza del norte (2%), jurel del Gran Sol, del Cantábrico y de aguas portuguesas y del Golfo de Cádiz (20%, 18% y 69%, respectivamente) y de gallo de aguas ibéricas y del Golfo de Vizcaya (35% y 40%, respectivamente)

Un aspecto que va a revolucionar la pesca va a ser la obligación del desembaque, medida de obligado cumplimiento a partir del año que viene. La nueva obligación de desembarque de la UE trata de poner fin a las devoluciones al mar de pescado comercializable. A partir de ahora quedarán prohibidos los descartes que se solían producir cuando los pescadores capturaban accidentalmente pescado para el que no tenían cuota, pescado dañado o menos rentable, o pescado por debajo de la talla reglamentaria que no podían vender.
La tarea del Gobierno se centra en garantizar las flexibilidades suficientes para que los buques españoles no tengan que cesar su actividad como consecuencia de la obligación total de desembarque. El problema que se avecina es que las capturas al ser desembarcadas en los puertos puede provocar problemas a los buques que tienen poca o ninguna cuota de algunas especies que pueden caer en sus redes.

El problema está, según el Ministerio, en las llamadas «especies de estrangulamiento»; es decir, tipos de pescado para los que un barco no tiene cuota, pero caen en sus redes junto con las capturas de la especie principal a la que dicha embarcación se dedica. Por ejemplo, para la flotavascas interesada en la merluza, el bacalao sería la «especie de estrangulamiento». Esto significa que si se computan las capturas de bacalao que dicho barco ha extraído de forma accesoria, se daría el caso de que el buque «agote» la cuota bacaladera y tenga que volver a puerto, aunque disponga aún de mucho cupo de merluza. Las «especies de estrangulamiento» para la flota española, además del bacalao, son el eglefino, merlán y carbonero, para las que España no tiene cuota. «Necesitamos ajustes, flexibilidades o minicuotas para esas» especies, reconocen las mismas fuentes, que añaden que el Gobierno lleva trabajando en esta cuestión desde principios de año e «intensamente» durante las últimas semanas.

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