Las recomendaciones ICES sobre cuotas y TACs para el 2020 recomiendan una reducción de las especies en la costa y aumentos en Gran Sol. En esta zona, la merluza, en cambio, propone de mantener la cuota en 101 065 toneladas frente a las 141 160 de 2019 (131 880 en «gran sol» y Golfo de Bizkaia y 9280 de Mar del Norte).Sin embargo, para el caladero de la merluza sur (VIIIc y IXa) se propone un nuevo recorte, al igual que para el gallo, y se prolongaría el cierre de la cigala del Cantábrico al menos hasta 2022. Sin embargo, el jurel experimentaría mejoría, así como el gallo y el rape subirán sus cuotas.
La merluza sur podría duplicar de 4694 y 8991 toneladas para 2020, cuando la cuota final en 2019 fue de 9258. Si se consuma la propuesta, el recorte en el mejores de los escenarios sería del 2,8 %. El año pasado ya recibió una recomendación negativa del 16 %, aunque finalmente se mantuvo el TAC.
El gallo sur recibe por parte del ICES una recomendación de capturas de entre 357 y 648 toneladas frente al TAC adoptado en 2019, de 1.872 toneladas. La cigala VIIIc recibe una nueva recomendación de TAC cero durante tres años (hasta el 2022) tras salir un cierre que duró el mismo periodo (del 2017 al 2019). Sí mejora la propuesta de jurel en 24 %, de las 94 017 toneladas autorizadas en 2019 se pasará a las 116 871 recomendadas para 2020. También mejora el abadejo, de 512 a 1131 toneladas.
En “gran sol” también hay mejoras. El gallo recibe una recomendación de entre 13 218 a 28 838 toneladas, frente a las 19 836 autorizadas en 2019. Esto implica que, en el mejor de los escenarios, habría un aumento de TAC del 45 %. El rape también experimenta mejoras con un rango de 21 428 a 42 331 frente a la cuota del año anterior, que fue de 41 370. En el escenario más positivo analizado por el ICES, la subida sería de un 2,3 %.
Recorte del bacalao 70 por ciento
La captura de bacalao del Mar del Norte en 2020 no debería superar las 10.457 toneladas métricas (Tm), lo que supone un 70 por ciento menos que el total admisible de capturas (TAC) de este año, según ha recomendado el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM). Los últimos dictámenes científicos del CIEM son también un 63% inferiores a su propia recomendación para 2019.
La organización intergubernamental de ciencias marinas dijo que el cambio se debe a una combinación de una revisión a la baja de la biomasa de la población reproductora (SSB) en los últimos años, las estimaciones de reclutamiento para 2019 están sustancialmente por debajo del valor asumido el año pasado, y la necesidad de una gran reducción de la mortalidad por pesca para recuperar la población a su rendimiento máximo sostenible para 2021.
Las demás poblaciones de bacalao del Reino Unido -en el Mar Céltico, el Mar de Irlanda y el oeste de Escocia- también están sujetas a advertencias similares, con el consejo de una captura nula tanto para el oeste de Escocia como para el Mar Céltico.
Siguiendo estas últimas recomendaciones, los ministros de pesca de la UE han vuelto a ser objeto de críticas por parte de la comunidad de ONG por no apoyar la recuperación de las poblaciones vulnerables.
«Esto se produce después de años de decisiones políticas que ponen los intereses políticos a corto plazo por encima de la sostenibilidad económica y ambiental a largo plazo. Lamentablemente, esto era totalmente predecible y prevenible; el no seguir el consejo científico hace que los anuncios como éste sean inevitables», dijo Jonny Hughes, funcionario británico de la campaña Ending Overfishing in Northwestern Europe (Poner fin a la sobrepesca en el noroeste de Europa) de The Pew Trusts.
Otras ONG también criticaron la ordenación a largo plazo de la pesquería que condujo a la reciente decisión de reducir la cuota.
«La necesidad de reducir drásticamente la pesca del bacalao del Mar del Norte es un desastre para muchos pescadores, una situación que podría haberse evitado si los responsables de la toma de decisiones hubieran escuchado a los científicos en primer lugar y hubieran proporcionado la salud de los océanos y la seguridad alimentaria a todos los ciudadanos de la UE a los que los gobiernos se adhirieron en la Política Pesquera Común reformada», dijo Andrea Ripol, responsable de la política pesquera de Seas At Risk.
Los límites de pesca de bacalao del Mar del Norte se negocian entre la UE y Noruega, y son aprobados por el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE en diciembre de cada año.
«Tenemos una emergencia climática y de biodiversidad en nuestras manos, pero mientras hablamos, estamos ignorando este hecho al socavar los ecosistemas oceánicos que nos dan cada segundo respiro», dijo Rebecca Hubbard, directora del programa Our Fish. «Los beneficios empresariales a corto plazo para unos pocos actores están siendo priorizados políticamente por encima de la naturaleza, las comunidades costeras sanas, la seguridad alimentaria y un océano resistente que pueda adaptarse a la emergencia climática. Los gobiernos de Noruega y de la UE comparten la responsabilidad de esta tragedia y ahora deben actuar para cambiar la situación».
Según esta ecologista, «nuestros Peces y Mares en Peligro también piden a los ministros de pesca de la UE que apliquen un control electrónico obligatorio en el mar a todos los segmentos de la flota que capturan bacalao del Mar del Norte y que la Agencia Europea de Control de la Pesca considera de riesgo medio-alto».
Sugieren que esta medida garantizará la eliminación de las capturas y descartes ilegales no declarados.
«Los gobiernos de la UE no han logrado hacer cumplir la prohibición de descartar peces no deseados en el mar y documentar plenamente todas las capturas», dijo Hubbard. «Esta captura no declarada representa un enorme desperdicio de peces valiosos y empeora significativamente la sobrepesca, incluso en el caso del icónico bacalao del Mar del Norte. Desafortunadamente, esto demuestra la necesidad de un control electrónico obligatorio de los buques en el mar».
