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sábado, abril 20, 2024
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La problemática del palangre de superficie con el marrajo lleva a sus empresas a la inviabilidad

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La falta de diálogo y la descoordinación entre los ministerios de Agricultura, Pesca y
Alimentación y de Transición Ecológica en torno al marrajo está afectando gravemente a la viabilidad de empresas gallegas que tienen en esta pesquería una importante fuente de ingresos. La flota de palangre de superficie de Galicia -una de las más importantes de Europa- afronta importantes perjuicios por la inacción y falta de voluntad para encontrar una solución del Gobierno de España, que se traduce en un bloqueo administrativo difícil de entender.

Las reiteradas protestas de la flota de Burela, Vigo, A Guarda y Marín se ven con mucha preocupación desde Anecteam (Asociación Nacional de Empresas Transformadoras y Comercializadoras de Especies Altamente Migratorias), que también demanda “una resolución inmediata del conflicto”. Desde Anecteam aseguran que la situación está generando “una gran incertidumbre en nuestras empresas, trabajadores y clientes” y un problema de desabastecimiento “que se traduce en una pérdida comercial para nuestras empresas”. En este sentido, apuntan a que la falta de oferta de la flota española puede provocar escenarios no deseados como la redirección de la adquisición de este producto, por parte de sus clientes, hacia otras flotas u operadores internacionales “menos comprometidos con la sostenibilidad de la especie”. Esto implicaría, aseguran, “que el perjuicio podría prolongarse durante varios años”.


Un laberinto burocrático desde hace dos años


Todo empezó en agosto de 2019 con la entrada del marrajo en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que exige que las exportaciones de dichas especies deben incluir los permisos correspondientes en los que se demuestre que provienen de pesquerías sostenibles y legales. Y aquí comienza una odisea para la flota española
que, dos años después, continúa.


El asunto ha llegado a situaciones esperpénticas como la vivida por algunos armadores cuando el año pasado fueron obligados a destruir miles de kilos de marrajo, y costear ellos mismos esa operación, a pesar de haberlo pescado legalmente. Y es que la falta de coordinación entre el Ministerio de Transición Ecológica y el MAPA imposibilitó comercializar desde el puerto de Vigo, uno de los principales puntos de venta de esta especie, partidas capturadas legalmente, que tampoco fue posible entregar a comedores benéficos.


Este tipo de decisiones y la falta de interlocución ha llevado al sector español a una situación límite: “Mientras nosotros no sabemos aún qué va a pasar con la cuota de este año y estamos obligados a tirar al mar todo el marrajo que cojamos, otras flotas comunitarias y de fuera de la UE están pescando y comercializando la especie sin ningún obstáculo”.


Lo más curioso es que la flota de palangre de superficie gallega es un ejemplo a nivel europeo de sostenibilidad y buenas prácticas, tal y como han destacado numerosos dirigentes, incluida la propia administración española. Esta preocupación de las organizaciones de productores que tienen en esta especie a uno de sus objetivos los llevó en 2019 a poner en marcha conjuntamente con Anecteam, un proyecto de mejora pesquera (FIP Blues), el único a nivel internacional que incluye a una
especie de tiburón como es la tintorera.
Ahora mismo, y a la espera de alguna noticia del Gobierno español, la flota sigue sin poder capturar marrajo, problema al que se suman las partidas de esta especie que se encuentran en almacenes frigoríficos, con lo que el perjuicio económico es doble.
Por eso, la flota y la industria transformadora y comercializadora aseguran que el principal problema sigue siendo la descoordinación interministerial, que se prolonga desde hace dos años, y la falta de diligencia e incapacidad para resolver un tema que está afectando a la economía de numerosas empresas del sector extractivo y
comercializador.

Zamakona construye el buque diesel-eléctrico más eficiente del mundo

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La naviera danesa Isafold se hará cargo del primer pesquero diesel-eléctrico de Dinamarca que se construye en el astillero vizcaíno Zamakona


Los armadores Lise Bjørn Jørgensen y Karsten Mølgaard dirigen Rederiet Isafold, que ha invertido en la modernización de su flota de buques de pesca pelágica y se han hecho con el buque pesquero más ecológico de Dinamarca hasta la fecha, justo cuando el astillero vasco entregue el HG 333 Isafold, de diseño noruego y construido con los criterios más modernos de eficiencia energética.

El buque utiliza una amplia gama de tecnologías modernas para aumentar la seguridad a bordo y mejorar la eficiencia energética. La huella medioambiental total por captura es, por tanto, significativamente menor que con la que tenía con el buque actual buque de esta empresa desde 2006. Al mismo tiempo, las artes de pesca selectivas del buque y el almacenamiento de las capturas en agua de mar helada a bordo garantizan que la calidad del pescado desembarcado sea aún mayor que la actual.


El nuevo buque, de 87 metros de largo y 20 de ancho, puede transportar 3.700 metros cúbicos de pescado pelágico, como arenque, caballa, bacaladilla y lanzón.

Se da la circunstancia que la pesca de especies pelágicas como el arenque y la caballa siempre ha tenido lugar lejos de las costas danesas. Esto significa que las embarcaciones de los pescadores deben ser capaces de operar a largas distancias, por lo que es muy importante que puedan soportar tipos de clima mucho más severos que en las aguas cercanas. Además, es necesario que las embarcaciones sean lo más eficientes posible desde el punto de vista energético, ya que suelen estar fuera durante largos periodos de tiempo. Estas son las razones que han llevado a Rederiet Isafold a adquirir el buque pesquero más ecológico de la historia de Dinamarca.

El buque tiene la particularidad de poder pescar tanto con red de arrastre como de cerco, y su tamaño permite realizar capturas en las zonas más remotas del Mar del Norte y del Atlántico Norte. «El clima aquí puede ser extremadamente duro, por lo que se necesita un barco de este tamaño para traer la captura. A pesar de la severidad del tiempo en estas zonas, el Norwegian Salt Ship Design ha puesto gran énfasis en la seguridad de la tripulación a bordo», señalan sus armadores

En el mismo contexto, han adquirido, junto con varios otros armadores, cuotas adicionales sobre una serie de especies de peces pelágicos para compensar las cuotas que han perdido como consecuencia del Brexit. «Estamos muy satisfechos con el acuerdo en su conjunto», afirmaba la directora general Lise Bjørn Jørgensen, que junto con Karsten Mølgaard dirige Rederiet Isafold A/S, con sede en Hirtshals.

Una gran batería

El buque cuenta con una batería grande que genera toda la energía de funcionamiento conectados con cinco motores diésel del barco según sea necesario. Además, el buque tiene la particularidad de estar equipado con dos propulsores de popa, que garantizan una tracción eficaz y aumentan la maniobrabilidad en cualquier clima. Esto lo convierte en un buque pesquero muy especial que establece nuevos estándares de seguridad, calidad y, no menos importante, impacto climático», comenta Karsten Mølgaard.

En cuanto a especies de captura de esta empresa está la bacaladilla que forma parte de las cuotas adquiridas por Isafold y se encuentra en el duro Atlántico Norte, al oeste de Irlanda. Está a tres días de navegación desde los puertos de Hirtshals y Skagen, desde donde suele zarpar Isafold. Obviamente, esto requiere un barco de grandes dimensiones para mantener la rentabilidad en cada viaje. En relación con la compra del nuevo buque, Rederiet Isafold también se deshace de su anterior buque HG 333 Isafold, que, con una eslora de 76 metros en el momento de la compra, contribuyó a establecer nuevos estándares para los buques de pesca pelágica.

Suben a diez los muertos en la tragedia del Villa de Pitanxo

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La empresa armadora con base en Marín, Pesquerías Nores Marín, S.L., informa que el pesquero VILLA DE PITANXO, con base en el puerto de Marín, ha naufragado en la madrugada de hoy en aguas del caladero de NAFO.De la tripulación, compuesta por 24 personas, se han localizado tres supervivientes, y se está rastreando la zona con varios buques y un helicóptero de las autoridades de Salvamento Marítimo canadienses en busca del resto de la dotación. Según la casa armadora, «todos los esfuerzos de la casa armadora están centrados en el rescate de la tripulación, y se desconocen por el momento las causas que pudieron motivar el naufragio.”

El pesquero Villa de Pitanxo, de 50 metros de eslora, naufragó la madrugada de este martes en aguas próximas a Canadá, en el caladero NAFO. El buque, de Grupo Nores (Marín), se encontraba a unas 250 millas de la costa. A bordo iban 24 tripulantes: tres han sido rescatados con vida, diez cadáveres se han podido recuperar y otros 11 personas permanecen desaparecidas, según ha comunicado a última hora de la noche la Xunta. El buque todavía no ha sido localizado, de acuerdo con la información suministrada por el teniente comandante Brian Owens, que coordina todo el operativo.

La tripulación estaba compuesta por 16 personas con DNI español, de los que 10 son nacidos en España y el resto nacionalizados, provenientes de Perú y de Ghana. Los ocho extranjeros son nacionales de esos dos países, cinco del latinoamericano y tres del africano. En cuanto a los 10 españoles de nacimiento, tres son de Marín, otros tantos de Cangas, y los restantes son de Moaña, Bueu, Huelva (aunque probablemente llevase años residiendo en Galicia) y otro, un observador del Instituto Español de Oceanografía (IEO), era canario. 

Al menos diez personas murieron tras el hundimiento de un barco gallego, con base en Marín (Pontevedra), que faenaba en las aguas canadienses de Terranova, según han informado la Subdelegación del Gobierno y Salvamento Marítimo.

De los 24 tripulantes del barco -dos más de los que constaban en los documentos de Salvamento Marítimo por cambios en el embarque final-, tres han sido rescatados con vida. Entre la tripulación hay 16 personas con DNI español, según consta en la documentación de la casa armadora, mientras que el resto de marineros serían naturales de Perú y de Ghana.

El pesquero Villa de Pitanxo, propiedad del armador gallego Manuel Nores, se hundió sobre las seis de la madrugada hora española a 450 kilómetros al sureste de Terranova, tal y como registró la baliza de la embarcación.

Fuentes del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo han confirmado a Efe que el barco emitió dos alertas a las 5:24 horas, pero a pesar de que las autoridades intentaron contactar con ellos en varias ocasiones nadie respondió.

En las labores de rescate están participando varios pesqueros que faenaban por la zona, con los que sí se pudo establecer contacto, el Novo Virxe da Barca, de bandera portuguesa, y el Playa de Menduíña 2, también de origen gallego.

Fue éste último el que halló, poco después de las diez y media de la mañana, la balsa con los tres supervivientes y los cuatro cadáveres, además de objetos procedentes del naufragio.

Se busca la cuarta balsa salvavidas

Todos ellos iban a bordo de una de las tres balsas salvavidas que han localizado las autoridades canadienses, dos de las cuales fueron encontradas «completamente vacías», mientras que la cuarta aún se sigue buscando al haberse perdido el rastro.

Los tres tripulantes rescatados hasta ahora presentan un «shock hipotérmico», según la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, porque «la situación en las aguas de Terranova era muy mala y la temperatura del agua es terrible».

El Consejo de Estado ordena rectificar la Ley de Pesca Sostenible

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El Consejo de Estado ordena rectificar la Ley de Pesca Sostenible abriendo nueva consulta pública tras adaptar a las indicaciones recibidas una norma que actualiza la del 2001

La Secretaria de Pesca preveía sacar adelante el mes pasado uno de sus proyectos legislativos como es la Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera, a cuyo anteproyecto dio luz verde el Consejo de Ministros el pasado junio. No obstante, el Consejo de Estado, en un contundente informe, le obliga a hacer una serie de correcciones. Por ello, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no tendrá más remedio que adaptarla «a las observaciones recibidas, depurando las cuestiones indicadas por el alto órgano consultivo y ampliando el contenido normativo».La nueva consulta está abierta hasta el 21 de febrero.

El ministerio que preside Luis Planas, en el que Alicia Villauriz es la secretaria general de Pesca, presentó la reforma legislativa como una actualización de la Ley de Pesca Marítima del Estado, vigente desde principios de siglo. Planas la considera «un paso adelante definitivo desde el punto de vista de la sostenibilidad del sector pesquero en una triple dimensión: ambiental, económica y social».

Desde su departamento subrayaban los objetivos de «contribuir a la conservación de los recursos pesqueros, poner en valor la función socioeconómica de la pesca en el territorio y estrechar el vínculo entre ciencia y política pesquera para racionalizar el marco normativo». Abundando en consideraciones, añadían que incorporaba el principio de sostenibilidad de «manera transversal en todo el articulado, abarcando tres aspectos interrelacionados: la conservación de los recursos pesqueros, la cohesión social y el empleo en las zonas costeras, y la actividad económica».

Cada Estado de la Unión Europea (UE) decide cómo distribuye las cuotas de pesca entre su flota, si bien la mayoría coincide con España al basarse en las capturas históricas. «Se esforzarán por prever incentivos» a los barcos más selectivos, con menos impacto ambiental o mayor contribución a la economía local, recomienda la Política Pesquera Común (PPC). A la espera de un informe del Consejo de Estado, del análisis en el Consejo de Ministros y del debate en Cortes, la futura Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera «abre la posibilidad» de repartir los cupos introduciendo cambios «hacia valores de más sostenibilidad y más equilibrio social», fueron las manifestaciones que hizo la Secretaria de Pesca Alicia Villauriz, en Celeiro, lo que obligó a los armadores de Cepesca a solicitarle «seguridad jurídica» ante ello.

Marine Instruments buscará expandirse hacia el mercado asiático

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La firma con sede en Nigrán, que el próximo año cumplirá dos décadas, se marca como objetivos a corto plazo apuntalar el mercado asiático y continuar con su estrategia de diversificación de productos.

Marine Instruments vende hoy sus productos en 32 países de todo el mundo, si bien aseguran que el mercado asiático cobrará un especial interés en el futuro más inmediato. «Algo que nos ha complicado mucho el Covid es viajar a Asia, que es un mercado muy importante y estratégico y en el que en los negocios pesan mucho las relaciones interpersonales y el contacto. Ya es difícil hacer negocios cuando los haces de forma presencial pero si no puedes viajar se complica todavía más. Si no hubiera habido pandemia Asia se hubiera llevado gran parte de nuestro tiempo», explica el director general de la compañía gallega

Pruebas en el océano de uno de los nuevos proyectos de la compañía.
CEDIDAPruebas en el océano de uno de los nuevos proyectos de la compañía.

«Había una oportunidad muy interesante en el mercado con un producto que a día de hoy sigue siendo la principal base de nuestra facturación que son las boyas satelitales para la pesca del atún. Uno de los socios aportaba la tecnología, el knowhow del producto, y el otro los conocimientos del mercado, el contacto con los clientes y la distribución. Desde el principio jugaron con esa ventaja; un conocimiento muy profundo del mercado y de la tecnología», explica el actual director general de la compañía, Gabriel Gómez Celaya.

La boya satelital de Marine Instruments, su producto estrella y que a día de hoy se ha convertido en una solución integral en el sector de la pesca industrial del atún, cuenta ya con inteligencia artificial que trata de aportar claridad a los datos.

«Empezamos con un sensor y hemos ido creciendo hasta poder ofrecer una solución completa: sensor, comunicaciones vía satélite, software, una plataforma donde se representan todos los datos e inteligencia artificial. Cada vez tienes más datos, más información y menos tiempo para analizarlos, estamos invirtiendo mucho en inteligencia artificial y en big data para convertir datos en información en tiempo real que permita tomar las mejores decisiones a nuestros clientes», explica el directivo.

Gabriel Gómez, director general de Marine Instruments.

Modelo integrado 100% ‘made in Galicia’

Si bien desde la compañía aseguran que están envueltos, como muchas otras compañías, en la crisis de suministros que se está viviendo y «sobrellevándolo de la mejor manera posible», aseguran que el modelo integrado es una apuesta también a futuro. «Creemos que es algo que de verdad aporta valor a los clientes y que nos hace ser más competitivos».

Además de contar con un conocimiento del mercado y de la tecnología profundo, como para dar en el clavo con un producto innovador y de gran recorrido que generó una compañía exitosa desde el inicio, la apuesta por integrar concepto-desarrollo-fabricación en el mismo lugar ha sido, sin duda, otras de las claves del buen hacer en las casi dos décadas que esta firma gallega tiene de historia.

Marine Instruments se ha convertido en un ejemplo, con varios reconocimientos y premios a sus espaldas, en el que el 100% de su producto, desde la idea hasta el remate de su fabricación y el servicio postventa, se lleva a cabo desde sus instalaciones en Porto do Molle (Nigrán). «Desde el inicio se creyó que para hacer un producto robusto y fiable que funcione en un ambiente tan hostil como es el océano, hay que tener un control muy estrecho sobre todos los pequeños detalles que hacen que eso sea un ´éxito, por ello siempre se ha apostado por la fabricación propia», cuenta Gómez Celaya.

La compañía gallega inició su recorrido así en dos sectores muy diferentes entre ellos pero con ese nexo de unión: la acuicultura y la seguridad y defensa en el ámbito marino. En su apuesta por la acuicultura, un sector clave en el reto de abastecer de alimentación saludable y de proteína marina a la población, la empresa ha llevado a cabo tecnología puntera relacionada con la alimentación del langostino.

«Es un sector muy fuerte en Ecuador y Latinoamérica, pero es una acuicultura aún muy manual y poco tecnificada, para ser más eficientes y poder surtir con esa proteína de pescado al mayor número de personas posible hay que seguir mejorando los procesos y haciéndolos más productivos y eficientes. En este campo trabajamos en una solución que es un sensor para mejorar la alimentación en las granjas de langostino y hemos ido evolucionando para ofrecer ahora un sistema completo, con sensor, con alimentadores, con un software, con una plataforma, que permite tomar decisiones a la granja», explica el directivo de Marine Instruments.

El proyecto Marine Instruments tiene su origen en Nigrán (Pontevedra) en 2003 y nace gracias a la experiencia de dos socios, Francisco Pino e Iñaki Arbulu, que ven una oportunidad en un nicho de mercado muy concreto y con el que logran un modelo de éxito que ha llevado a la compañía a vender sus productos en más de 30 países y superar los 40 millones de facturación en 2018, el ejercicio de mayores ingresos de la compañía gallega.

Este modelo integrador chocaba con lo que históricamente se ha aprendido en las escuelas de negocios. Según apunta el directivo el Covid está, además, cuestionando ese mantra que había en las escuelas de negocios que decía que lo que de verdad te diferencia de tu competencia es el I+D y el marketing, pero que la fabricación había que externalizarla y llevarlo a países de bajo coste. «Yo creo que es un error. Marine Instruments desde el principio no apostó por ello y a nosotros tener esa fabricación integrada nos ha ayudado muchísimo a mantener esto en funcionamiento, porque al final la industria atunera es una industria esencial que siguió operando, siguió pescando, la demanda de conservas de atún aumentó muchísimo durante la pandemia», sostiene Gabriel Gómez.

Ingenieros de Marine trabajando en las boyas satelitales de la compañía.

Diversificación, la dirección estratégica

Con un crecimiento sostenido, en muchas ocasiones de dos dígitos durante gran parte de su recorrido, la compañía toma la decisión de seguir creciendo y de apostar por otras áreas de negocio siempre dentro de lo que había sido para ella el ADN y el hilo conductor de su actividad: el océano. «Pensamos que teníamos un factor diferencial respecto a otras empresas de tecnología que pudiera haber en el mundo y queríamos ser diferentes dentro de ese entorno aún tan desconocido como es el océano», explica Gómez Celaya.

Su entrada en el ámbito de la defensa fue también una decisión estratégica con la que la compañía ya ha logrado varios contratos para distintos proyectos. «Habíamos empezado a desarrollar un dron para la industria atunera como una herramienta que les ayudara en la búsqueda de bancos de atunes y que pudiera sustituir al helicóptero que a veces utilizaban, era un producto que estaba bastante desarrollado y nos pareció que podría tener recorrido en el sector de la seguridad y defensa. Además, al estar pensado para la industria atunera te obliga a ser muy sensible con los costes y con la tecnología, pensamos que igual que buscábamos bancos de peces, podría ayudar a buscar pateras de inmigrantes, luchar contra la pesca ilegal o realizar labores de inspección y vigilancia costera, aduanas, etc.», cuenta el directivo.

A día de hoy, la compañía se encuentra muy satisfecha con los resultados obtenidos y con la decisión de entrar en el segmento de la seguridad, donde colabora con la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa. «El año pasado hicimos bastantes pruebas y maniobras con ellos y este año hemos conseguido concatenar con un segundo contrato para formalizar algunas mejoras. Vamos a participar en varios despliegues operativos en diferentes buques de la armada y eso nos está abriendo los ojos y muchas puertas. A la vez hemos obtenido un primer contrato con la Secretaría General de Pesca para utilizar este dron como un servicio para labores de vigilancia», cuenta el directivo, que asegura que esta diversificación formará parte de su estrategia y de su hoja de ruta a corto y medio plazo.

Instalaciones de Marine Instruments en Porto do Molle (Nigrán, Pontevedra).

Crecimiento

Durante la mayor parte de la historia de esta compañía puntera el crecimiento podía representarse en forma de cohete. Incrementos de dos dígitos que alcanzaron su momento culmen en 2018, con 42 millones de euros de facturación.

«Cuando me incorporé en 2013 estábamos facturando entre 12 y 15 millones y tuvimos unos años de crecimientos de dos dígitos, de pasar de 15 a 20, a 30 a 38… A nivel de recursos humanos pasamos de ser un equipo de unas 70 personas a 150 y todos eso a la vez que consolidábamos ese crecimiento con la intención de generar una estructura que nos permitiera seguir creciendo en otros mercados verticales y también en nuestra propia estructura», destaca Gabriel Gómez.

La compañía, que los dos últimos ejercicios facturó cerca de 34 millones de euros, explica su importante descenso en el 19 (con 36 millones) a un cambio de regulación internacional que limita el uso de boyas por barco «y eso nos ha afectado, hemos conseguido crecer en cuota de mercado pero ese mercado se ha reducido notablemente». 

«Por otra parte, la apuesta que hemos hecho en los sectores de acuicultura y defensa son apuestas de futuro que tienen una perspectiva muy buena pero que aún no han fructificado a nivel de facturación. Hemos llegado a un valle y nuestro plan este año es recuperar esa senda de crecimiento y fortalecer esas apuestas de diversificación», añade.

La empresa noruega Leroy se expande por España y Portugal

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La empresa noruega de productos del mar Lerøy continúa su expansión en España, tras la apertura de nuevos supermercados en Madrid y Portugal


La empresa noruega de productos del mar Lerøy ha abierto su sexta planta en España. Las nuevas instalaciones de Madrid ocupan una superficie de 9.000 metros cuadrados y crearán 160 puestos de trabajo que se sumarán a las 350 que ya están empleadas en toda España. La nueva planta servirá tanto para aumentar la capacidad de producción de los productos actuales como para ampliar la gama de la empresa.

«El procesamiento de pescado fresco y congelado, el ahumado de salmón y la producción de platos preparados son algunas de las innovaciones que crearán nuevas oportunidades de negocio y que, sin duda, reforzarán la posición de liderazgo de la empresa en el mercado del pescado en España y en toda la Península Ibérica», ha declarado Antonio Díez, director general de Lerøy Processing Spain.

España es el mayor importador de pescado de la UE y la planta se suma a las instalaciones ya existentes en Barcelona, Valencia, Alicante y Las Palmas, además de Lisboa en Portugal. Entre los nuevos productos en preparación se encuentran el sushi, los fideos, el yakisoba, el ramen, las gyozas, las hamburguesas de bacalao y salmón, los poke bowls, los platos de pescado listos para comer, el salmón ahumado, el salmón congelado y el salmón fresco en envases para el consumidor.

La planta consta de tres zonas: una de platos preparados, otra de procesamiento de pescado fresco y congelado y otra de ahumado. La planta también incluye una depuradora biológica diseñada para reducir el impacto medioambiental y se está desarrollando un proyecto de energía solar.

La Universidad de Oviedo detecta nuevos fraudes en el pescado congelado

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Investigadores de la Universidad de Oviedo descubren el uso de especies en peligro de extinción, como Thunnus thynnus, juveniles de atún comercializados como anchoa y de merluza africana, Merluccius polli, aún no regulada como especie sustituta

Tras analizar el ADN de 401 muestras de atún, merluza, anchoa y bacaladilla congelados, investigadores de la Universidad de Oviedo comprobaron que en un 1,9% de los casos no se indicaba el pescado correcto en la etiqueta. El porcentaje puede parecer pequeño, pero revela el uso de especies en peligro de extinción y la pesca ilegal, especialmente en los caladeros africanos.

Científicos de la Universidad de Oviedo han sacado a la luz un fraude intencional en productos del mar procedentes de caladeros atlánticos, como la merluza o el atún, altamente consumidos en Europa y el mundo. El estudio lo publican en la revista Scientific Report.

Para realizar la investigación se analizaron, mediante pruebas PCR y secuenciaciones de ADN, un total de 401 muestras de cuatro tipos de pescado congelado: atún (Thunnus alalunga, T. albacares, T. obesus), merluza (Merluccius merluccius, M. hubbsi, M. capensis, M. paradoxus), anchoa (Engraulis sp.) y bacaladilla (Micromessistius poutassou). También se realizó una encuesta sobre las preferencias como consumidor a 1.608 personas.

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Los resultados detectaron un etiquetado incorrecto –indicando la especie que no era– en siete muestras, el 1,9% del total de las analizadas. En concreto, 0% en el caso de la bacaladilla; 2,4% en la anchoa; 4,17% en la merluza; y 5,2% en el atún.

Respecto a su origen, cinco de los 11 productos que se encontraron mal etiquetados fueron capturados frente a las costas africanas (desde el Atlántico sureste al noreste), cuatro en aguas europeas (Atlántico noreste y Mar Egeo) y dos no indicaban información geográfica.

Según los autores, aunque estos datos muestran que la tasa de etiquetado incorrecto es cuantitativamente baja (menos del 2%), sin embargo, su implicación cualitativa es importante porque revela el uso de especies en peligro de extinción o no reguladas, lo que apunta a una pesca ilegal en aguas africanas.

Los investigadores apuntan tres conclusiones relevantes: un mayor riesgo de etiquetado incorrecto en productos no reconocibles, un fraude mayor en aquellas especies consideradas más valiosas por parte del consumidor (poniendo ‘etiquetas trampa’) y, tercero, el uso de especies en peligro de extinción como Thunnus thynnus, juveniles de atún comercializados como anchoa, y de merluza africana, Merluccius polli, aún no regulada como especie sustituta.

La coautora Alba Ardura Gutiérrez, explica que, a pesar del gran esfuerzo de trazabilidad de los alimentos para garantizar un consumo seguro y sostenible, todavía persiste el etiquetado incorrecto en los mercados de productos del mar.

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Filetes de atún congelados, uno de los pescados en los que se ha detectado fraude.

Un fraude intencional

“Nuestros hallazgos indican un fraude intencional preocupante que obstaculiza el objetivo de la producción y el consumo sostenibles de estos productos, y sugieren priorizar los esfuerzos de control en especies muy apreciadas”, afirma otra de las autoras, Noemí Rodríguez, “nos alejamos así del compromiso con la agenda 2030 de la ONU, que invita erradicar la sobrepesca, a restaurar las poblaciones de peces y a eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”.

Ambas investigadoras coinciden en que el estudio pone de relieve la importancia de un etiquetado correcto porque, al final, “el consumidor puede estar comprando una merluza que considera de alto valor por una de menos valor y porque, además, estamos explotando especies en peligro de extinción o no declaradas y mermando los caladeros”.

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Grupo del Aula de Investigación sobre Recursos Naturales (ARENA) de la Universidad de Oviedo. Foto: UNIOVI.

Autores del fraude sin identificar

¿Quién está detrás de este fraude? El trabajo realizado por el grupo ARENA de la Universidad de Oviedo no se aventura a identificar a los autores. “Resulta difícil determinar si el fraude proviene de la zona de captura o no. No sabemos quiénes son los responsables. Necesitaríamos una investigación más a fondo en origen”, señala Ardura.

El proyecto de este grupo es fruto de la colaboración con colegas del continente africano con los que empezaron a trabajar hace un par de años. El primer resultado de esta cooperación fue el proyecto Oceanic Karma que reveló la presencia de contaminantes en el pescado africano procedentes de la basura electrónica que las potencias occidentales envían a África.

Transición Ecológica insiste en evitar las capturas de marrajo como se hace en el Mediterráneo y niega deescoordinación

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El Ministerio de Transición Ecológica niega que haya habido descoordinación alguna con el de Agricultura y Pesca y mucho menos con el de Industria y Comercio después de que el marrajo dientuso fuese incluido en el apéndice II de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) en diciembre del 2019 y se empezaran a requerir permisos oficiales para su comercialización. «No ha habido descoordinación alguna y en todo momento se han mantenido perfectamente informados entre ellos», explica el ministerio que dirige Teresa Ribera en una respuesta enviada por escrito a La Voz de Galicia. Defiende que, desde aquel momento, todos los departamentos han actuado en sintonía e incluso ha habido «reuniones adicionales» entre Transición Ecológica y Agricultura en las que «estuvieron presentes representantes de la industria pesquera». Es más, aseguran que se comunicó con semanas de antelación que era previsible que el dictamen fuese «negativo o muy restrictivo» para la comercialización de la especie «en reuniones presenciales preparatorias celebradas entre los tres ministerios».

En cuanto a las cantidades de marrajo autorizadas a comercializar, es «la autoridad científica CITES la que está capacitada legalmente para analizar estas cuestiones ecológicas», en base a datos facilitados de pescadores y otras fuentes. Y esta, que no es otra que Transición Ecológica, concluyó «que la extracción por encima de lo autorizado era inasumible».

El departamento se remite a la opinión de «la mayoría de los científicos expertos en la especie, diversas oenegés y un nutrido grupo de europarlamentarios» para sostener que la comercialización de las poblaciones amenazadas de marrajos del Atlántico norte, «incluso de los ejemplares capturados accidentalmente, es incompatible con la conservación del stock». Por eso defiende que «la eliminación del incentivo económico para su comercialización es de hecho la medida más efectiva para evitar la captura de estos ejemplares, que como se ha demostrado es, en buena parte, dirigida».

Incentivo para cambiar operaciones

Va más lejos al sugerir una solución mucho más drástica: «La solución ideal para el problema de conservación del marrajo dientuso del Atlántico norte pasaría por la prohibición de su retención y comercialización, ampliando a este stock la prohibición ya vigente sobre su captura en el Mediterráneo». En Transición Ecológica están convencidos de que «la eliminación del incentivo económico desencadenaría cambios en las operaciones de las flotas para evitar las zonas con presencia de marrajos y/o reducir al mínimo la fracción de capturas realmente indeseadas; por ejemplo, modificando las zonas y épocas de pesca para evitar a los marrajos». Recuerda, asimismo, que «en ningún caso en que se han establecido normas para reducir las capturas accidentales de otras especies vulnerables (tortugas, cetáceos, aves…) se permite la comercialización de los ejemplares muertos accidentalmente, principio básico que debe ser aplicable también en este caso, especialmente al tratarse de una especie y población amenazada».

Para reforzar su posición, se remite a una respuesta del comisario de Pesca, Virginijus Sinkevicius, que dice que prohibir comercializar marrajo capturado sobre la cuota permitida es «coherente con la política común de pesca» y que las autoridades CITES de toda la UE, agrupadas en el Grupo de Revisión Científica, «acordaron en diciembre del 2020 no autorizar la introducción ni la importación a la UE de marrajo dientuso del Atlántico norte, independientemente del estado (vivo o muerto) en que llegara al buque pesquero. Estas decisiones son de carácter vinculante».

Por tanto, «no ha lugar a autorizar en ningún caso ni siquiera la introducción en la UE de marrajos dientusos del Atlántico norte que hayan muerto accidentalmente en el palangre, mucho menos su comercialización». Pueden traerlo del Atlántico sur, del Índico y de todo el Pacífico.

Polémica destrucción

Por otro lado, Transición Ecológica señala que no es responsable del destino de esos ejemplares que llegan a puerto y no pueden ser comercializados porque no tienen el certificado CITES, aunque desde este ministerio «se ha sugerido que se donen a comedores sociales o similares y nunca se ha abogado por su destrucción». Claro que las normas aduaneras son otras y obligan a su reexportación al país de origen o su destrucción, recuerdan desde el sector. «Si hubiéramos podido donarlo, no lo habríamos destruido», señala Juana Parada, de Orpagu, pues eso supone costes añadidos para el armador.

Expedirán los certificados CITES

Transición Ecológica explica en su respuesta que desde el pasado 2 de enero es este ministerio y no el de Comercio y Turismo la autoridad administrativa que tiene la responsabilidad de expedir permisos y certificados. Y ese cambio está, según los armadores, lastrando el proceso, pues a estas alturas no disponen de cupo para poder traer marrajo del resto de los océanos en los que sí pueden alijar los ejemplares que llegan muertos al costado del barco.

La flota de palangre de superficie no puede capturar marrajo en el Atlántico norte este año. Lo sabe ya desde la última cumbre de la ICCAT (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico), en la que se adoptó la recomendación de cerrar la pesquería. Pero ese es un mal menor, porque con las dos piezas por marea que los buques podían desembarcar el año pasado, prácticamente habían dado ya por perdido ese caladero para la captura de esa especie.

Hasta ahora, los certificados CITES los expedía el Ministerio de Comercio, para lo que necesitaba que la autoridad científica —que era Transición Ecológica— amparase en el denominado dictamen de extracción no perjudicial (DENP) —preceptivo y vinculante— que garantizaba que la transacción no sería dañina para la conservación de la especie. Ese dictamen se inicia a petición del interesado en exportar una mercancía sensible como el marrajo. La autoridad científica hasta el 2022 recibía a través de Comercio una solicitud de la Secretaría General de Pesca para realizar los informes para exportar ciertas cantidades de marrajo de las poblaciones de cada una de las distintas zonas y Transición Ecológica realizaba «un dictamen único para un volumen determinado de capturas en un stock a lo largo de un año».

 Con el dictamen emitido, se trasladaba por registro a Comercio, que expedía o denegaba los permisos, informando de ello al solicitante, la Secretaría General de Pesca, que, a su vez, comunicaba a la flota los resultados.

Esa operativa ha cambiado este año, tras asumir Transición Ecológica la responsabilidad de expedir también los certificados y no el informe de extracción y, a juicio de los afectados, se ha complicado.

Espaderos tiran marrajo porque España aún no expide certificados para venderlo

Cosa distinta es no poder traerlo de ningún océano del mundo. Y, encima, no poder hacerlo «por la descoordinación del Gobierno de España», como aseguran las organizaciones de productores gallegos, que sostienen que la «deficiente gestión gubernamental en relación al marrajo dientuso desde el 2020» ha llegado este año al colmo y quince días después de haber arrancado el año no están publicadas oficialmente las toneladas a las que se expedirá el certificado CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), imprescindible para que el marrajo pueda comercializarse. Porque lo que es límites a la pesca, en el Índico, el Pacífico y el sur del Atlántico, no existen

La Comisión pone en marcha la plataforma de algas EU4Algae

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La Comisión Europea y la Agencia Ejecutiva Europea para el Clima, las Infraestructuras y el Medio Ambiente (CINEA) ponen en marcha una plataforma europea para las partes interesadas en las algas, denominada EU4Algae. El objetivo de la plataforma es acelerar el desarrollo de una industria europea de algas y promover las algas para la nutrición y otros usos entre los consumidores y las empresas de la UE.

Las algas se producen y consumen en todo el mundo desde hace siglos. Son especialmente apreciados en la cocina asiática por su alto valor nutritivo y su marcado sabor salado o umami. En los últimos años también se están convirtiendo en un ingrediente habitual de los platos veganos occidentales.

Fuera del ámbito culinario, las algas se han convertido en una materia prima clave para aplicaciones industriales sostenibles, como los plásticos biodegradables. Además, su producción contribuye a mejorar la salud de los océanos al reducir el dióxido de carbono, el fósforo y el nitrógeno en los ecosistemas marinos. También son un vivero y un escondite para muchos animales marinos, lo que favorece la biodiversidad submarina.

Acelerar la industria europea

A pesar de ello, la difusión de la producción y el consumo de algas en Europa es lenta. Demasiado lento. Por ello, la Comisión Europea, junto con CINEA y un consorcio (formado por EurA AG, EABA, Systemiq, Technopolis y s.Pro), lanza EU4Algae. Este proyecto de tres años de duración acelerará la expansión de una industria de algas regenerativas resistente, justa y respetuosa con el clima, y aportará nuevas especies al mercado de la UE.

La plataforma será un espacio único de colaboración entre las partes interesadas en las algas en Europa, incluidos los cultivadores de algas, productores, vendedores, consumidores, desarrolladores de tecnología, así como organizaciones de apoyo a las empresas, inversores, autoridades públicas, universidades, investigadores y ONG. También actuará como un centro de información único sobre convocatorias, proyectos, información empresarial, inteligencia y mejores prácticas para la financiación de las algas.

Nueva Pescanova utiliza el blockchain para garantizar la trazabilidad de sus productos

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El Grupo Nueva Pescanova e IBM están trabajando juntos para garantizar, de forma paulatina, la trazabilidad de todos los productos del mar Pescanova a lo largo de la cadena de valor a través de la plataforma IBM Food Trust, una red basada en blockchain. Esta solución utiliza el estándar GDST 1.0 (Global Dialogue on Seafood Traceability) y está alineada con las acciones clave del Pacto Mundial de Naciones Unidas para contribuir a un océano sano y productivo en 2030, garantizando la trazabilidad de los productos del mar a la vez que una industria más sostenible.

Para el desarrollo de este proyecto la compañía seguirá los estándares GDST, que permiten la interoperabilidad entre los sistemas de trazabilidad de los productos del mar, asegurando que los datos clave de cada eslabón de la cadena de valor se recogen y registran digitalmente. Los estándares documentan no solo el lote y las características del producto, sino también los archivos que acreditan permisos, licencias, ubicaciones y certificaciones que prueban las prácticas pesqueras y de cultivo responsable, así como las evidencias de sostenibilidad y la garantía de seguridad alimentaria que los mercados y consumidores demandan.

El proyecto ha dado comienzo con el registro y la digitalización de dos operaciones clave para Nueva Pescanova: la pesca de gambón en Argentina y el cultivo de langostino Vannamei en Ecuador que, a su vez, se complementarán con las actividades de elaboración y comercialización de la empresa en España.

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Cultivo de langostino Vannamei en Ecuador.

Ignacio González, CEO del Grupo Nueva Pescanova, afirma: “Pescamos, cultivamos, elaboramos y comercializamos de forma sostenible. A través de este ambicioso proyecto queremos ofrecer a nuestros consumidores de todo el mundo información rigurosa y en detalle de la trazabilidad de nuestros productos del mar, desde el origen hasta que llega a sus mesas. Los estándares GDST lo hacen posible. Ahora es el momento de que las empresas del sector comiencen a implementarlos”.

Por su parte, Javier Olaizola, responsable de Servicios en IBM España, asegura: “Nuestra plataforma reúne a integrantes de toda la cadena de suministro, ofreciendo un espacio para el intercambio y seguimiento de información sobre los productos de alimentación, lo que genera confianza entre los usuarios, ya que se crea una cadena de transacciones digitalizada y permanente que no puede modificarse”.

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Los datos clave de cada eslabón de la cadena de valor se recogen y registran digitalmente.Cada miembro de la red blockchain tiene una copia exacta de los datos y cualquier información añadida se comparte a través de toda la red en función del nivel de permisos de cada participante. De este modo, los productores, mayoristas y minoristas pueden interactuar de manera más eficiente, accediendo a los datos de una manera integral y prácticamente en tiempo real.

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Tanto los pescadores, productores como mayoristas y minoristas pueden acceder a los datos e interactuar.

Un reciente estudio realizado por IBM en España confirma que cerca de la mitad de los encuestados comprarían más pescado si se les proporcionara información probada y fiable sobre su origen, seguridad y producción. Otro estudio realizado a consumidores de varios países concluye que el 79% de ellos cree que es importante que las marcas ofrezcan garantías de autenticidad cuando compran sus productos.

La 13ª edición del International Multihull Show se celebrará del 20 al 24 de abril de 2022

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14/02/2022

La 13ª edición del International Multihull Show, dedicada íntegramente a los multicascos, promete ser impresionante, con muchas novedades en cuanto a veleros y a de embarcaciones a motor. Se celebrará del 20 al 24 de abril de 2022, en La Grande Motte (Hérault), en el sur de Francia.

Los astilleros ya han desvelado algunas informaciones sobre 2022, con una tendencia que se dirige hacia los catamaranes y los trimaranes, que se centran, cada vez más, en el rendimiento, los aspectos técnicos, el confort, los acabados y el diseño interior. Hay mucha demanda y el número de pedidos se está llenando, lo que está impulsando el sector.

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La oferta de 2022 es ya excepcional en cuanto a cantidad y gama de barcos. Estos son algunos de los ejemplos:

  • Balance 482/Astillero Balance (Estados Unidos)
  • Bali 4.4/Grupo Catana (Francia)
  • Catana Ocean Class/Grupo Catana (Francia)
  • C-CAT 48/Astillero C-Catamans (Italia)
  • Dragonfly 40 Ultimate/Astillero Dragonfly (Dinamarca)
  • Lagoon 51/Astillero Lagoon, grupo Beneteau (Francia)
  • Libertist 853/Astillero Libertist Yachts (Polonia)
  • ORC 57/Astillero Marsaudon Composites (Francia)
  • Nautitech 44 Open/Astillero Nautitech (Francia), Grupo Bavaria
  • CK67/Squalt Marine International (Túnez)
  • Leopard 46PC/Astillero Robertson & Caine (Sudáfrica)
  • Windelo 54/Astillero Windelo (Francia)
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También hay que destacar la presentación de una gama casi completa de fabricantes, como ExcessMarsaudon Composites o Leopard.

Las nuevas tecnologías son cada vez más importantes en este sector. Por ello, el espacio Multihull Club Design estará dedicado a las ideas y al pensamiento creativo en las áreas de Innovación, Diseño y Arquitectura. Los expositores lo complementarán en términos de equipamiento, hardware, cubierta, velas, motores y servicios.

La estación balnearia de Occitania, con su puerto en el centro de la ciudad, se convertirá de nuevo en la ‘capital del multicasco’ durante cinco días, cuando acoja este evento y comparta su pasión por la navegación.

VUNA, la primera alternativa vegetal al atún en lata de Garden Gourmet

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Garden Gourmet, marca referente a nivel europeo del mercado de análogos de la carne con la gama más amplia y variada, ha presentado en el puerto de Barcelona su nuevo lanzamiento: VUNA, la primera alternativa vegetal al atún en lata. El evento ha tenido como foco principal la implicación de VUNA en ser parte de la solución a una de las grandes problemáticas de nuestros mares: las redes fantasma.

Desde Garden Gourmet lanzan VUNA con el objetivo de fomentar el consumo de una alternativa vegetal al atún en lata, una de las conservas más elegidas en España. Se estima que el atún representa el 71% del consumo de conservas de pescado en España, según el informe de Alimarket Conservas de Pescado y Marisco (2021).

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VUNA es la primera alternativa vegetal al atún en lata, una de las conservas de pescado más consumidas en España.

Con este lanzamiento, Garden Gourmet apuesta por el incremento del consumo de una alternativa vegetal al atún, que ayude a reducir las redes de pesca que se lanzan al mar y que, en algunas ocasiones, acaban en el fondo del mismo, contaminando la fauna y flora marina.

La preocupación por el medio ambiente es la tercera motivación de los hogares para la reducción/eliminación del consumo de carne, según el último estudio Mercury 2021. Por ello, desde Garden Gourmet, quieren facilitar al consumidor una alternativa vegetal al atún en lata que les permita disfrutar de un estilo de vida saludable mientras cuidan de su entorno.

Un propósito: 14.5 toneladas menos de redes fantasma en el mar y puertos en 2022

Garden Gourmet y Gravity Wave, empresa social española que se encarga de la limpieza de redes fantasma del mar, se han aliado para cumplir un gran propósito este 2022: la limpieza de 14.5 Toneladas de redes fantasma de nuestros mares y puertos.

Las redes fantasma se han convertido en uno de los principales problemas de nuestro medio ambiente, tanto a aquellas que se quedan en el mar contaminando así como aquellas que permanecen en los puertos y corren el riesgo de volver al mar. Gracias a la colaboración entre Garden Gourmet y Gravity Wave se limpiarán 14.500 kgs de redes de mares y puertos para darles una segunda vida convirtiéndolas en mobiliario.

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Amaia Rodríguez, cofundadora de Gravity Wave, junto a Laura Madrueño, presentadora del evento y autora del libro ‘Somos agua’.

Esta colaboración será muy importante para Gravity Wave en 2022 puesto que les permitirá ampliar sus zonas de actuación, llegar a más pescadores y aumentar así su impacto. Actualmente cuentan con 20 puertos de actuación en España y su objetivo es llegar a 100.

Amaia Rodríguez, cofundadora de Gravity Wave, explica: “Cada colaboración es importante y ver que marcas como Garden Gourmet quieren sumar esfuerzos en la limpieza de los mares, nos motiva a seguir con nuestra labor. Además, VUNA es un producto directamente relacionado con nuestra razón de ser: reducir la contaminación marina”.

VUNA, la alternativa vegetal de Garden Gourmet que ayuda a acabar con las redes fantasma

En el marco del evento, Laura Madrueño, presentadora y autora del libro ‘Somos agua’, ha sido la encargada de presentar el último lanzamiento de Garden Gourmet.

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Garden Gourmet, de la mano de Laura Madrueño, se alía con Gravity Wave para la recogida de redes más grande de 2022: 14.500 kg.

VUNA está elaborado a base de proteína de guisantes, es vegana y cuenta con el sello oficial de la European Vegetarian Union. Su textura y sabor, incluso, su apariencia es igual que al atún, ideal para sumar a todas las recetas del día a día.

“Con VUNA, ofrecemos a los consumidores una alternativa a uno de los productos básicos en la despensa de todos: el atún en lata. Los consumidores que, por diferentes motivos, quieren reducir el consumo de proteína animal, disponen ahora también de una alternativa 100% vegetal al pescado que, además de ofrecer un sabor muy similar, es tan versátil como el producto original y que, por tanto, podrán incorporar en numerosos platos y recetas”, señala Ignacio Rosés, director de Culinarios de Nestlé España.

Esta innovación es un paso más en el esfuerzo de Garden Gourmet por seguir innovando y ampliando la oferta de alternativas vegetales a la proteína animal. Y responde a las necesidades de los consumidores que buscan incluir más vegetales en su dieta ya sea por motivos de salud, el bienestar de los animales o el impacto medioambiental.